miércoles, abril 11, 2007

Duele

Yo vivía así. ¿Cómo puede ser?. ¿Por qué? ¿qué me hizo así?. Yo me "enamoraba". Laura, Caro, Eva, Lauka, Jui. Yo sufría. Sin comillas.
Yo vivía así, con esta presión en el pecho. Con esa tristeza que hace todo más lento. La reflexividad que me caracterizaba de chico se convirtió en sufrimiento desde que empecé a creer que necesitaba a alguien. Eventualmente comencé a pensar que no era malo, que era natural. Que en la vida no había que buscar simplemente la felicidad, sino la "intensidad", y que el dolor era la otra cara de esa intensidad. Peor era no sentir nada, ¿verdad?.
Esa presión en el pecho no paró hasta que tuve 17. Algo cambió entonces, me despreocupé y fui mucho más feliz.
Por supuesto que volvía. Volvió con lo de Jui. Pero ya no era la forma en que vivía, simplemente era algo que conscientemente yo quería rechazar. No quería sentirme más así. Ya había aprendido que había un estado mejor.
Pero, por supuesto había llegado la época en la que sentirse así tenía fundamentos más serios. Cada desilusión me llenaba de esa vieja tristeza, aunque yo la rechazase.
Un buen día de agosto llegó C., y el dolor se fue por mucho tiempo. Por un año y medio. Sólo para regresar más real que nunca. El resto de las cosas que me pasaron fueron un ensayo general para esa desilusión. Creer de verdad en algo puede ser muy peligroso.
El paso de otro año gris, con dolor y un poco menos de inmadurez, me regaló a P.. Y con ella aprendí que no es necesario separarse para sentirlo. El amor y el dolor, atrozmente, pueden convivir.
¿Saben a lo que me refiero? ¿lo sintieron?. Duele todo el día. Duele cuando te levantás, porque soñaste, o porque es lo primero que recordás. Duele cuando comés, cuando te reís, cuando escuchás la música que te gusta. Duele cuando te acordás, y cuando no podés dejar de acordarte. Duele cuando estás solo y duele cuando estás con alguien y tenés que disimular. Duele cuando te acostás, porque es cuando pensás en lo importante, y porque estás por soñar.
No es bueno vivir así.

Me acordé como era eso.

8 Impresiones:

Blogger Cassandra Cross pensó que

Sé lo que es, pero nunca (jamás)dejé que me doliera tanto.

Instinto de supervivencia, que le dicen. Hay días que siento que guardo dentro del pecho el dolor de todo lo que me rodea: desde el pibe con frío y descalzo por la calle hasta un animal que sufre. Si no me preservo, me enloquece y no puedo salir a la calle.

Con el amor me pasa algo parecido. Trato de reducir al mínimo el impacto del "sufrir por amor". El dolor en ciertas circunstancias es inevitable, pero el amor debería ser, en su génesis y en sus derivaciones, un motivo de gozo y crecimiento para todos los involucrados. AUN si ese amor se termina, o se agota, o se desgasta.

Perdón si suena muy panfletario, pero creo que sé de qué hablo y todos los caminos que tomé me trajeron al mismo punto. :-)

Abrazos...

12:17 p. m.  
Blogger Fender pensó que

Lo más importante del dolor es su función: la de evitarnos males mayores.
Su aparición debe ser tomada como una señal, más que como un estado. El dolor es un lenguaje de la psiquis, no un tributo ni un estado semejante al amor. No es su contracara, por lo menos. He sentido dolor, amando con locura, y lo he sentido sin haber amado nunca. No tiene que ver con los demás, sino con uno mismo.
La duración de ese dolor siempre depende de la capacidad que uno tiene de aprenderse, y de curarse.

12:58 p. m.  
Blogger Juan Ignacio pensó que

Yo tuve la suerte -por así decirlo- de que a mi extremada sensibilidad y marginalidad social le acompañara un gran ingenio y una terrible crueldad que posibilitaba entretenerme, distraerme, lastimando al resto.

Cuando la tormenta exterior aminoró, me di cuenta que no sabía mantener relaciones positivas con la gente. Me costó mucho tiempo aprender a resensibilizarme y llevarme bien-de-en-serio con la gente.

Aún así, sigo creyendo que lo mío es la soledad y la privación; valle, libro, te, ejercicio, y nada más.

2:15 p. m.  
Blogger gerund pensó que

yo te entiendo pero en otro plano. tuve, quizá hasta sigo teniendo, dolores constantes que no se relacionaban con lo romántico, sino con la angustia de estar vivo y esas otras cosas que nos pasan en la vida...

te recomendaría el libro triste (lo podés encontrar en "mis cosas favoritas"), pero te va a poner muy triste. pero habla de eso, de un señor al que se le murió un hijo y vive y ríe, pero siempre tiene ese dolor de fondo, tiene que vivir con él.

beso

2:32 p. m.  
Blogger pitucardi pensó que

hola damian. creo que te entiendo a vos.

y no entiendo casi nada de la vida olo entiendo y me hago el boludo a veces. hay que buscar la forma de vivir con uno.

10:47 a. m.  
Blogger D. (de Damián) pensó que

Cassie: Te entiendo, y reconozco q es verdad, pero se me hace verdaderamente difícil en general.

Fender: De acuerdo. De todos modos yo no solía plantear al dolor como la contracara del amor, sino de la "felicidad", en el marco de la "intensidad". Mi hipótesis era que la presión en el pecho que uno siente cuando algo duele y cuando se es feliz, es la misma.

Iota: Que chico jodido!! Esta bueno tu modelo de privación, pero vamos, no te creemos.

Gerund: No sé si hablamos de lo mismo, pero la angustia de estar vivo la he sentido. Sobre todo cuando la otra amainaba :/
Igual, por suerte, nunca me paralizó.
¿Sabés q la tapa me llamo la atención cuando lo vi en tu blog? Me preguntaba de qué sería.

Pitucardio: Creo que ya sabía que me solés sentender.
Gracias

11:11 a. m.  
Blogger gerund pensó que

No creo que hablemos de lo mismo, pero los dolores siempre se parecen...

12:02 p. m.  
Blogger Juan Ignacio pensó que

No me creen? Vos y quiénes? ;)

3:26 p. m.  

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