martes, octubre 27, 2009

Dos años

Hace dos años tomé una decisión. Por mecanismos internos típicamente míos, que aún trato de entender y desmantelar, la decisión tardó más de lo deseable. Pero la tomé. Abandoné una vida descolorida y descontenta, y ascendí hacia una promesa de más, de todo, de lo que ya creía imposible. Paula, mi deseada P.S., se me presentó como algo excesivo, algo que desbordaba todo molde de mi concepción. Alguien tan increíblemente hermosa, con un corazón precioso, con una inteligencia distintiva, con una palabra sagaz y urticante y un espíritu irrefrenable, que parecía irreal.
La primera vez que la besé no podía creer mi suerte. Sé que puede sonar trillado, o cursi, pero es exactamente lo que me pasó. Me sentí el rey del mundo, sentí que después de ese acto, no había nada que no pudiese hacer... aún cuando no me importaba nada más en ese momento.
Aquel domingo la impaciencia me venció, y tuve que verla. Recuerdo estar hablando con ella y sentir una extraña calma, como si las cosas se acomodaran adonde pertenecen. Finalmente esa promesa de felicidad se estaba transformando en realidad.
Cada fin de semana la intensidad de las cosas crecía. Descubriéndonos, ya sea en las coincidencias como en las diferencias, era cada vez más evidente que no podíamos estar separados.
Al cabo de dos años, ya tenemos un plan juntos. Ya estamos compartiendo nuestras vidas. Ya conocemos mucho más de las cosas buenas y de las no tan buenas. Y me encanta seguir sintiéndome afortunado, y seguro de que ella es muchísimo más de lo que yo creía sería bueno para mí.
Te amo Pau. ¡Feliz aniversario!

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viernes, octubre 02, 2009

Atado

Sentados del mismo lado de la mesa, te escucho hablar mientras juego con los restos de mi mojito. Me hablás de tu familia, estás seria. Yo te presto atención, a mí me importa verte así, me importa verte seria, me importa que me cuentes. Me importa más que verte desnuda. Decís con melancolía que no sabés porqué me hablás de todas esas cosas, como si no importara, como si estuvieras gastando saliva, como si nuestra efímera situación no lo valiera... Acuso el golpe en silencio, acaso lo merezco. Y no me hago cargo de lo que siento. Está ahí, está. Me oprime el pecho, me dice que quiero escucharte más, que quiero escucharte siempre, que me duele la hora en la que tengo que despedirme y hacer de cuenta que soy otro. Nos levantamos y abandonamos el bar cubano para seguir con nuestro papel en la intimidad de otro escondite. Para sostener la situación y continuar con la noche, intento dejar de lado la noción de que quiero merecer todo lo bueno que tenés. E intento también dejar de lado que me duele no merecerlo. Sin saberlo, ya estaba atado a vos.

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martes, noviembre 11, 2008

Medianoche

Nos subimos al tren de la medianoche, $23 cada billete, sin descuento para estudiantes. Todavía estaba un poco conmocionado por la discusión que había tenido con mis viejos. Siempre fueron razonables, no estaba acostumbrado a contradecirlos, a desobedecerlos. No quisieron escuchar que no me iba a pasar nada, y que la plata no importaba, que Marcelo me prestaba. No les supe explicar que realmente necesitaba hacerlo.
Nos subimos al tren de la medianoche Marcelo y yo, tan solo una hora después de que se le había ocurrido la idea al discutir con sus viejos.
El tren partió, y nosotros llevábamos dos porciones de pizza en un tupper y la vaga noción de que en Constitución podíamos tomar otro tren a La Plata. El vagón de primera era frío, pero estábamos muy animados con nuestra pequeña aventura. Pensábamos en qué íbamos a hacer una vez que llegáramos, si íbamos a preguntar, o a tratar de encontrar la casa sólos, para hacerlo más divertido.
Cuando llegamos a Constitución el sol aún no había salido. Caras extrañas, sombrías deambulaban por la estación que nunca parece vaciarse, ni siquiera en el preludio de una jornada sabática. Esperamos una hora y subimos a "la chancha", más destartalada y fría aún que el tren anterior.
Atravesamos campos y suburbios en silencio ya, mirando la negrura por la ventanilla, expectantes. Empezó a clarear cuando llegamos a la estación de La Plata.
Eso era todo, a partir de ahí estábamos perdidos, con una dirección anotada en un papelito y la determinación de no preguntar. Salimos por 1, no dimos con muchos carteles, y eventualmente abortamos el jueguito y preguntamos. Estábamos yendo para el otro lado. Nunca sospechamos que 116 estaba a un par de cuadras de 1.
La travesía terminaba al tocar el timbre. Nos miramos, nos reímos. Marcelo habló por el portero, y al rato bajo Pablo dormido, sorprendido y contento de que nos habíamos subido al tren de la medianoche para volverlo a ver.

martes, octubre 21, 2008

Aquella época

Estábamos hundidos en los sillones, mirando el mar. Habíamos mirado los cuadros, y sin pensarlo agarramos dos o tres postales para no olvidar. Yo la había tomado de la mano para darle vueltas, y la había abrazado.
Hablábamos pausado, tomando la merienda. Yo quería aferrarme a ese momento, a esa burbuja que se formaba a veces cuando nos veíamos, una exclusión hermosa que dejaba de lado los "pero" por un rato.
Nunca fui bueno para guardarme las cosas, y algo le dije. Pero claro, en aquella época lo que se decía estaba casi siempre velado. No sé hasta qué punto me entendió. No sé si se dio cuenta de que yo sentía que quería eso. Que quería hablar con ella siempre, que quería verla así de cerca siempre, que quería olerla siempre, que quería tocarla siempre... que quería estar con ella siempre.
Por momentos, por épocas se puede estar perdido, muy perdido. Pasa y ni siquiera te das cuenta, y creés que todo lo que sucede alrededor y todo lo que hacés tiene un sentido. Esa tarde, como muchos momentos antes, pero nunca tan claramente, tenía la respuesta delante mío. Estaba clarísimo que la quería a ella, y lo que tenía que hacer. Pero aún así me llevó un tiempo más desenredarme de la difícil situación en la que estaba con P., con la que, de facto, ya sólo me unía un pasado en común. Eventualmente lo hice, ayudado por la sensación de que perdía a P.S.. El día en que me dijo "esto es una cagada" y se fue, la simple idea de su ausencia se me presentó como inaceptable, angustiante. En vez de correrla y pedir una prórroga de nuestras idas y vueltas, decidí empezar a poner las cosas en su lugar. Y ahora que pienso, no tan casualmente esto sucedió casi exactamente un año atrás. Pinché la burbuja y el contenido llenó toda mi vida. Es todo eso que sentía cuando la veía, y más.
Estos recuerdos vienen a cuento de dos cosas, entonces. Una es la omnipresencia de P.S., y la felicidad que me da, incluso desde "aquella época" agridulce. La otra es la noción de que se puede estar perdido, casi desconocido de uno mismo, pero siempre se puede encontrar el rastro haciéndole caso a los deseos más íntimos. Ante la duda, lo que uno realmente quiere usualmente es lo correcto.

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martes, enero 29, 2008

Know Thyself - Parte III

¿Conocerse?. Cambiar.
No voy a clamar inocencia. No voy a pretender que todo termina bien, tampoco.
Todo estaba muy difuso con P. Yo me despreciaba al ser malo con ella, pero no podía - quería parar. Los celos, el desamor, la falta de comunicación me empujaban a ejercer en ella la presión que menos soportaba, las preguntas, las interrogaciones, exigir. Yo me daba cuenta y me odiaba por ser así, pero para mí era necesario, tenía que sacar las cosas adelante. En el proceso moría por dentro al hacerla sufrir. En los peores momentos incluso me encontré a mi mismo lastimándome físicamente para paliar de algún absurdo modo el otro tipo de dolor, y la cegadora contradicción que me deshacía. De algún modo u otro eso también pasó, llevando a otro período errante y gris, donde todo parecía ser normal, y donde ya no se discutía nada. Y yo me despreciaba, otra vez.
Con el nuevo año la figura de P.S. se hizo recurrente. La figura de P.S. invitando a todos a sumergirse. Para mí ella era frívola. Para ella yo era aburrido. Cierta vez me dije "¿qué más da?" me sumergí, y me sentí bien. Hay cosas que no pasan hasta que no pasan. Después de años de saber que el otro existía, recién en ese momento de ambos lados hubo un "ah, pero no era tan...". Y a la vez, de ambos lados la vaga atracción física tomó un cariz distinto. Y otra cierta noche, en la cual todo pasaba rápido como en un clip musical hubo un beso, y varios "nunca" se transformaron en "ahora".
Yo me creía cauterizado. Esas cosas en teoría no me daban culpa. Yo no me sentía en falta. A lo sumo eran autodestrucción, como los cuchillos. Pero rápidamente me dí cuenta de que esto no era cualquier cosa. Conscientemente decidí ignorar las alarmas, y "hacer las cosas bien" dentro de lo malo que estaba haciendo. Fallé estrepitosamente. Algo nos juntaba una y otra vez. A pesar de saber que íbamos a terminar heridos los dos, cedíamos y cedíamos. Aparentemente al amor no le importa lo pelotudo que uno pueda ser.
Mientras tanto ella lo buscaba en otros chicos, y yo quería pretender que lo de fondo era P., pero en realidad no había más que eso.
En el interín hablamos muchísimo. Yo le mostré quien era, y ella casi sin darse cuenta me ayudó como nadie lo hizo antes. Me dijo cosas que me permitieron darme aire, me dijo que lo más difícil es saber darse cuenta de lo que uno quiere. Y yo la quería en mi vida, como fuese.
El día que me dijo "esto es una cagada" y se fue de veras, me digné a hacerme cargo. Como buen hijo del rigor, tuve que verla irse para darme cuenta que la quería al lado mío, y no como amiga.
Le hice daño incalculable a P. por mí, pero el verdadero daño había empezado hace mucho. Si me sirve de algo, no la dejé por P.S., la dejé por el bien de los dos... de los tres acaso.
Y esta es "otra vida", como dijese C. en algún momento. Pero yo soy el mismo. Me conozco un poco más, pero cambiar me cuesta. P.S. ya lo sabe, y creo que su paciencia tiene un límite, aunque no lo conozcamos (ni lo queramos conocer). Hay miedos míos, inseguridades que son difíciles de digerir. Y ella odia explicarme lo mismo dos veces... Yo ya no me desprecio, excepto cuando vuelvo a presionar y a hacer cosas que, por más infantiles que parezcan, necesito para comenzar a entender qué alimenta a mis miedos.
Si me preguntan... confío en mí. Ya no me siento desorientado, y eso vale mucho. Estoy orgulloso de haberme hecho cargo de mí, por más patético que eso suene. Y eso no es todo, ni mucho menos. Pero es un principio.
Conocerse. Cambiar.

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jueves, enero 17, 2008

Know thyself - Parte II

¿Conocerse?. ¿Cambiar?.
Yo ya no "pensaba". Podría hablarse de una etapa sensorial y libre de preocupaciones. Mi primer año de facultad era una escuelita: física, matemática y química, todos los días de 8 a 13, todo sobre ruedas. Siempre alguna chica dando vueltas había. ¿Futuro? ¿qué es eso?. Yo, otra vez, estaba conforme con quien era.
Un buen día de invierno, una de esas chicas pasó a ser otra cosa. Ella, que tenía algo que nunca había terminado de entender, de pronto fue lo más importante para mí. La idealidad de esos primeros tiempos con C. fue algo que muy pocas cosas pudieron superar.
Pero con el tiempo aparecieron cosas que me empezaron a molestar, a generar malhumor, incomodidad. Nimiedades, cosas puntuales, actitudes. Y claro, la culpé a ella, yo no podía estar equivocándome... yo estaba bien como era. O al menos eso creí hasta que empezaron a haber cosas de las cuales me avergonzaba, o que no quería decirle porque sabía que estaba equivocado, que era algo infantil, o simplemente absurdo... ¿cómo le iba a decir "estoy enojado porque me irrita que seas así y asá"?. Entonces, venía el hermetismo: "¿qué te pasa?" "nada" "¿qué te pasa?" "nada". Yo no estaba enamorado, pero no me daba cuenta, creía que lo que me pasaba era natural. Tardé mucho tiempo en desengañarme. Cuando me dí cuenta, claro, ella se había cansado de todo hacía un año.
Ese año que pasé solo me sirvió de mucho. Creo que fue la época en la que empecé a conocerme. Cosas que yo sospechaba, en las cuales nunca había profundizado, se hicieron patentes. Decididamente no me gustaba del todo como era. Fui descubriendo que esas cosas que me molestaban de mí podían interferir con lo que yo quería. Cuando creía que tenía todo claro, y recuperaba mi jovialidad perdida, apareció P.
Siempre fui consciente de las cosas que nos podían destruir. Desde el primer momento supe que ella era inexpresiva y complicada. En un momento eso me atrajo, debo admitir. Por un tiempo creí que mi hermetismo estaba curado, al ver que esta vez el papel de interrogador era mío, y que la que no soltaba palabra era ella. Casi creí que era una cuestión de instant karma.
Paulatinamente comencé a notar otras cosas en mí: cierta crueldad, inseguridad, orgullo. El orgullo nos mataba a los dos. Y cambiar... ella decía cambiar, ella cambiaba. Muchas veces para mejor, algunas para peor. Yo... yo decía querer cambiar. Luchaba con algunas cosas, con mayor o menor gana, pero irremediablemente caía en el orgullo y en la terquedad ante las situaciones que no me gustaban.
Sufrí mucho durante la relación, hasta que comencé a perder la sensibilidad. Me fui por las ramas, y en cierto modo ninguno de los dos estaba ahí. De cambiar ya no se hablaba, aunque yo había aprendido aun más de mis defectos.
Muchas cosas habían dejado de tener sentido, y más que nunca me atacó la preocupación por no saber realmente qué quiero para mí. Eso es algo que probablemente a muchos les soprenda, pero es una constante en mi vida.
Comencé a despreciarme a mí mismo por la situación sin salida en la que me veía. No cuestionarme, no entenderme, me llevaba a sublimar todo en animosidad contra mí mismo. Mientras tanto, mantenía en precario equilibrio todo lo que componía mi mundo. Total, ya vería...
¿Conocerse?. ¿Cambiar?.

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lunes, enero 07, 2008

Know thyself - Parte I

Conocerse. Cambiar.
Recuerdo mi infancia preescolar de cierto modo, pero no puedo asegurar qué tan fiel es a la realidad. Me cuesta mucho recordar cómo pensaba de chico. Todos me dicen que pensaba mucho acerca de todo. Mi abuela, que pasaba conmigo casi todo el tiempo, asegura que era muy filosófico, y que siempre realizaba planteos y reflexiones bastante sorprendentes. Si esto era así, no lo recuerdo. Y si me preguntan, bueno, sí, pensaba mucho. Pero no sé cuánto piensa en general la gente a esa edad, por lo que el concepto de "mucho" resulta endeble. Tampoco sé qué pasó con las conclusiones que debo haber sacado.
En la primara yo siempre fui yo, y eso era todo. Era distinto, pero eso estaba muy bien. Tenía la firme convicción de que era mejor que los demás. Me gustaba ser quien era: leer muchísimo, ser con holgura el mejor de la clase, a la tarde escuchar música y jugar a la computadora con mi hermano. Si bien en la escuela debía tolerar ocasionales provocaciones porque me iba mejor que al resto, siempre tuve amigos y nunca estuve aislado. Además, casi nunca tuve que recurrir a la agresión física para resolver un conflicto. Yo estaba satisfecho con quien era, y es verdad, me sentía superior, y que mi destino iba a ser muy distinto al de mis compañeros. Tristemente, esto no era algo que solo yo pensase: en séptimo grado yo estaba ocupado preparándome para el ingreso al Illia, por lo que no le estaba prestando tanta atención a la escuela. Una vez me saqué un 2 en una prueba, y el día que dieron el resultado yo no estaba. Aparentemente alguien hizo comentarios mordaces al respecto, y la maestra no tuvo mejor idea que defenderme diciendo "ustedes tienen que entender que hay gente que está para ser parte de la tribu, y hay gente como Damián que está hecha para ser cacique". Verdaderamente un horror ¿qué clase de maestra hace eso?. No puedo imaginar qué habrá pasado por la cabeza de mis pobres compañeros al oírse disminuidos de ese modo. Lo peor es que cuando me enteré, me pareció bien.
La secundaria fue el primer choque. Por un lado, fue la primera vez en la que me encontré entre pares, e incluso entre gente que intelectualmente yo consideraba iguales. Por el otro lado, mucha de esta gente tenía habilidades sociales de las cuales yo carecía, que no había desarrollado debidamente, y que por lo tanto me parecían en cierto modo despreciables. Nunca me había gustado, por ejemplo, encarar chicas en los bailes de la escuela. Lo había hecho ocasionalmente y a regañadientes, pero no al azar, sino ante aquellos amores platónicos preadolescentes que me quitaban el sueño. La falta de éxito y la convicción de que hacerlo al azar para ganar práctica era una actitud deleznable sólo empeoraban la situación. Y da la casualidad que aquellas personas que yo veía con mayores habilidades sociales y liderazgo eran aquellas cuyos gustos e intereses eran diametralmente opuestos a los míos. "Superficiales" los comencé a llamar en mi cabeza. Y así comenzó una antinomia que no infrecuentemente trasladaba al exterior. Mi actitud de superioridad y mis trazas de resentimiento generaron no pocos enfrentamientos. Pero lamentablemente el Illia no era un industrial, donde todo se hubiese resuelto prontamente con los puños, sino que allí todo pasaba por la popularidad. Las líneas estaban trazadas. Y yo difícilmente me cuestionaba... tenía que estar bien ser como era yo, era imposible que me estuviese equivocando...
Llegado cuarto año la frustración y la terquedad, devenidas en acidez, terminaron por alejar hasta a mis propios amigos, a los dos más queridos, a dos de mis idiotas hermosos. Y pasó lo de Eva, y fue un no-va-más. El cambio no fue consciente, y aquí es donde apunta el post. El primer cambio verdadero.
El D. oscuro, de verde y negro, spinetteano, literato y romántico se bajó del estrado en cierto momento, no sé cuando. Ese verano fue raro, lindo. Llegó internet a casa, y el ejercicio de describirme a otra persona tal vez me haya ayudado a ver mi lado amable. El cambio me llevó a estar abierto y a conocer chicas, y a conquistarlas del modo que mejor sé, y tal como siempre quise: dejándome conocer. Eran días de sol y beatles, de vegetación y de risas.
A partir de ahí y aún hoy, al hablar de esa época con mis idiotas viejos y mis idiotas nuevas, me refiero a ella como "cuando dejé de pensar".
Conocerse. ¿Cambiar?.

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lunes, diciembre 10, 2007

En su cuarto

Veo el lugar donde descansó su cabeza muchísimas noches. A veces contrariada, a veces esperanzada, decidida, llena de lágrimas, inquieta, en paz, veces que sólo ella conoce. Veo la ventana a través de la cual me contó mira la luna. Veo sus cosas, pequeñas cosas, objetos, y la quiero más, sin entender por qué.
Me doy cuenta que ya no siento la posesión. No quiero apoderarme de su pasado, no quiero ser todo para ella, no quiero meterme en su mente. Con ella, me sobra con que queramos pasar el rato juntos. Me alivia tanto quererla sanamente. ¿Será que crecí un poco?
Y se me antoja nuevamente que no merezco esa flor de insolente belleza. Pero me convence fácilmente sólo con mirarme. Esa mirada chispeante, tan rápida y cortante que se posa sobre mí. Después sonríe y yo me acerco, y se me caen palabras hermosas e impertinentes.

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miércoles, noviembre 21, 2007

De por qué voy a BsAs y sonrío

Venía de pasar el día en La Plata, con Pablito. Dormía en el Plaza rumbo a Capital, ¡Qué prometedor! me estaba por pasar esto. Me esperaban Riskcord y mi hermano para el recital. ¿Acaso podría ser mejor la perspectiva?.
Llamé a mi amiga cuando bajé del tren en la estación Nuñez:
- "Estamos de shopping, vamos más tarde nosotras"
- "Ah bueno, listo" (your loss)
Una vez que terminó todo, no recuerdo bien a qué hora, me arrastré embelesado hacia Libertador. Riskcord y sus amigos estaban flasheados como yo. Me encontré con mi hermano, y estaba flasheado como yo. La llamé a mi amiga, y estaba flasheada como yo. Estaba con gente, nos ibamos a encontrar en una esquina para saludarnos. La esperé un rato, muerto de sed, y la ví llegar con ella. No big deal, estaban casi siempre juntas.
De algún modo terminamos los tres caminando cuadras y cuadras por Libertador. Igual que aquella vez con P., luego del recital de New Order algunos meses antes... pero algunas cosas ya no eran iguales.
Mi amiga estaba pensativa y distante; atribuible a Roger. Pero ella no. Ella estaba flasheada pero alegre, echaba chispitas, hablaba mucho. Hablábamos mucho. Yo sobreponía bastante bien la rigidez, y me mantenía al nivel de sus bromas. Siempre nos habíamos manejado con bromas, cargándonos, peleando en chiste. Desde la época en que chateábamos hace tantos años. A mi amiga la había llegado a conocer bastante bien con el tiempo, pero a ella no. Siempre hubo una barrera tácita. Siempre un "vos sos así y yo soy asá, es divertido hablar con vos, pero hasta acá llega".
Llegamos a la calle Alem. Ahí me tomaba el Chevallier a La Plata, para aprovechar los últimos coletazos de la fiesta de cumpleaños de Pablo. Era San Patricio, y la gente deambulaba por los bares de la zona. Me habían invitado a ir con ellas, medio en chiste medio en serio, pero yo tenía el cumple de Pablo. Uno, dos Chevalliers llenos. Eran cerca de las 3:30.
- "Vayan chicas, no se hagan drama"
- "No, no, está bien, te esperamos"
Se largó a llover, nos refugiamos.
- "Y bueno, no te queda otra que venir con nosotras"
- "Y, no, lamentablemente, jaja"
Los bares estaban llenos y la calle no estaba muy festiva. Nos paramos en una esquina. La miro, me mira (what's wrong with me?).
- "Estas cambiada"
- "¿Ah sí, en qué?"
- "No sé, estas distinta. Es como que te cambió la voz"
- "¡Ah, que lindo! Jaja
- "Eh... no, pero está bueno... me gusta- (callate, callate ahora antes de que esto se ponga incómodo... what's wrong with me?)
Emprendimos la caprichosa búsqueda de un McDonald's, y entre local cerrado y local cerrado seguimos delirando, riendo, como en una ¿burbuja?
Local abierto. Obviamente no preparaban hamburguesas a esa hora. Fuimos a una pizzería, seguimos hablando, mi amiga se fue al baño. Silencio (what the fuck is wrong with me?).
Era tarde. Yo no me quería ir. Hacía mucho que no me divertía tanto.
Subimos a un taxi, faltaba poco para el amanecer. A esta hora si iba a Retiro tal vez encontrase lugar en el Chevallier. Ella estaba sentada en el medio. Yo hablaba de algo, no sé de que, y sin darme cuenta, acentuaba mis frases tocando su pierna con el dedo. En un momento me mira riendo, y me dice "Bue-no", golpeando mi pierna dos veces con su dedo índice. Ella es así. No se calla nada.
Llegamos a Retiro. Yo seguía sin querer irme. Como al pasar, les propuse encontrarnos en alguna salida en Mardel, para repetir la grata noche. Me bajé, pensando con un poco de melancolía que probablemente nunca iba a suceder (just what the fuck is wrong with me?).
Afortunadamente, estaba equivocado.

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lunes, noviembre 05, 2007

Veranos

¿Cómo no adorar esos días?. Yo sé que desde acá todo lo pasado parece mejor de lo que fue -hasta lo malo-. Pero esos veranos en los que empezás a morder el mundo, y en los que la idea de que lo podés manejar se hace palpable, y salís, y disfrútás... ¿qué le gana a eso?. Esas largas tardes de playa que dejaban tiempo sólo para un baño y para comer algo rápido antes de salir, el vértigo, acostarse con el sol bien arriba prometiendo otro día lindo, levantarse a las 2 justo para ir a la playa otra vez, ¿cuánto vale?.
Quiero un verano de nuevo. Quiero un verano, lo necesito ahora que hice algo terrible y luego algo hermoso, y que puedo ser feliz. Quiero un verano.

lunes, septiembre 24, 2007

Banfield

El olfato es un gran desencadenante de recuerdos (entre otras cosas). Ya hablé de esto en otro momento.
Acá, sentado en la oficina, sentí olor a la espuma de afeitar Palmolive. No la que ahora viene como espuma en aerosol, sino aquella pasta del frasquito verde retacón, con tapa blanca, dentro del cual se revolvía la brocha para espumar. Y volvió por un momento Banfield. Y el tío Bebe afeitándose los domingos a la mañana, cuando yo reptaba fuera de la cama antes que los demás, que se habían quedado jugando a la generala y al scrabble hasta tarde. Su risa seca y afable, la brocha revolviéndose en el platito de metal, el banquito de madera. ¿Acaso alguna vez notamos las pequeñas cosas que marcan la memoria de un niño?. Esa impronta de mi tío abuelo, más bueno que no se qué, el tacto de la madera, y sus pajaritos, todo está presente.
El sol de Diciembre calentaba las terrazas de cerámicos rojos y las veredas. Las baldositas cuadradas que yo miraba y miraba al caminar por Maipú. La farmacia vieja y hacerse la señal de la cruz al pasar por la iglesia sin saber por qué. Los postigos pintados de verde agua, testigos de la devoción futbolera, tan reales como los postigos pintados de morado en el vecino Lanús.
Las heladerías con hamacas, los adoquinez -si, con z para mí también- y el 160 doblando rápido frente a la vereda llena de tilo, y de esas otras pelotitas cuyo nombre nunca supe.
Es demasiado, y es inútil enumerar. No puedo decirles cómo es, cómo era. Piensen en su infancia, en esos lugares que visitaban poco, pero que significaban mucho. Tal vez así lo sientan.

martes, julio 31, 2007

Tránsito

Cada tanto vuelvo a escribir acá. Mentiría si dijese que no me encanta leer estos pedazos de mi historia, estos papelitos desparramados. No sé si alguien les presta atención, y no me parece fundamental tampoco, aunque a veces me alegre saber que hay personas a las que les gustan.
El papel de hoy llena algunos huecos, y creo que no tiene una temporalidad muy lineal. O sí, no sé, depende cómo lo aborde. El papel de hoy es acerca de una desilusión amorosa. De los últimos tiempos con C.
Yo creía estar enamorado. Tal vez me equivocaba. Inocentemente pasé varias noches preguntándome si de veras era así. No entendía que esa misma duda era la respuesta negativa que temía. Era muy confuso, tal vez en un principio haya estado enamorado, ahora ya no sé.
Yo ya no era el mismo con ella. Me quedaba callado por largo tiempo, hosco. Hacía explícitas nuestras diferencias, con total intención. Cuando caminábamos por el centro, yo me retrasaba a propósito, para señalar que yo iba más lento que ella. Ella se daba cuenta, pero actuaba como si no. Todas esas pequeñas estupideces, esos gritos sordos de inconformismo, minaron las cosas. También había cosas que ella detestaba de mí. Ella, con su hiperactividad heredada, no soportaba mi hermético silencio, ni verme tirado en su cama, mirando el techo -please don't spoil my day...
Ya no soportaba sus quejas contra sus amigas y sus padres, y su hipócrita inacción. Ya no le daba consejos, sólo le ladraba. Tuve menos paciencia que Val, el novio de su hermana. Con los años, el veneno de esa familia también lo alcanzó a él.
Apareció Lautaro, yo le eché la culpa a él, pero fue tonto de mi parte hacerlo. Con el tiempo aprendí que no se trataba de eso.
Una de lo últimos días en los que todo parecía normal me puse a llorar de la nada al escuchar You started laughing de Supertramp en el living de su casa. No fue porque sabía que me iba a dejar, sino por pensar en lo tedioso que iba a ser ese período gris. Todo ese tiempo en el que iba a cargar con el dolor, que era algo que yo había aprendido a despreciar, con mucho esfuerzo.
Creo que amenacé yo cierto día, juntando todas mis cosas y devolviéndole las suyas. Me pidió llorando que no me lleve las cartas. Yo no la quería dejar en realidad. Muy infame, sólo quería hacerla sufrir. Ella tuvo el decoro de dejarme unos días después.
Inmediatamente llegó su cumpleaños número 16, y me invitó, no sé en calidad de qué. Fui con Val como mi único apoyo, temeroso de hacer el ridículo. Me senté ahí con estoicismo, tratando de ser frío con ella. Soporté todo lo que pude, y la hice acompañarme a la puerta. Le dije que yo no era su amigo, y que no iba a estar para ella... "a menos que realmente me necesites". No sé qué quise decir.
Subrayé unos pasajes de su copia de Les Miserables y se la llevé a la casa un día que yo sabía que no estaba. Lautaro le había comprado unos posters hermosos de los Beatles. Ella los había colgado bien a la vista, seguramente para ahogar lo que quedaba de nosotros en esa habitación.
Ella logró reprimir todo. Me bloqueó. Yo no quise. Nunca hubiese podido. Tuve que vivir ese año totalmente solo para empezar a entender todo. Estuve equivocado mucho tiempo, victimizándome. Ni vale la pena hablar de eso. Sólo puedo decir que con el tiempo entendí que las culpas son relativas, y que las cosas sólo se habían acomodado naturalmente, como tenía que ser. Y cuando volví a ser un poco aquel chico despreocupado de tres años atrás, llegó P., y me enamoré sin que medie pensamiento alguno.
Otro año y medio después casi pierdo a P. por hacer las paces con C., por exorcizar su fantasma, por reír junto a ella y por darme cuenta que todo había terminado hace mucho para mí. No gracias a los demás, P. finalmente lo entendió. Hablando con C., a veces casi a espaldas de P., pudimos reconstruir los hechos, y ver las cosas desde el punto de vista del otro. Y pude pensar en lo que sí fue bueno, y en el contacto. El contacto verdadero, ese que yo busco en la gente, y que tuve con ella, como lo tengo con las personas más importantes para mí.

miércoles, junio 13, 2007

Meme

Me pasaron esto. Es reminiscente a las viejas cadenas de mail con 100 preguntas acerca de uno mismo. Si no hubiese sido la querida Gerund quien me designó, de ningún modo lo hubiese considerado. Primero iba a ir al blog principal, pero me dije que alguna conexión con los papelitos puede tener. En fin: 8 cosas acerca de mí. Luego, 8 designados a continuarlo:

1. Primero lo convencional (no sé si va a haber algo no convencional). Canto mucho; canto todo el tiempo. Y me imagino que soy el cantante correspondiente, o yo con una banda de covers, pero buena buena.

2. En relación a lo anterior: cuando me gusta mucho algo, ya sea una película, una serie, un libro, una banda o un juego, fantaseo muchísimo que soy protagonista de aquello. Muchas veces al día.

3. Fui adicto al Pump It Up. Si, si, el juego ese en el que "bailás", pisando en los cuadrados y siguiendo la música. Una vez jugamos con C. para probar (obvio que nos parecía una pelotudez, como a todos ustedes). No pudimos parar en todo el verano. Incluso a veces iba después de cursar en la facu a jugar un rato. Solo. Si, leyeron bien. La FACULTAD.

4. Soy absolutamente desconsiderado con los demás. Raramente me surge preguntar acerca de las cosas de los otros. Nunca me acuerdo de sus problemas, de sus acontecimientos importantes. Gracias que me acuerdo de los cumpleaños. No lo hago de malo, es que soy así. Debe ser porque a mí no me interesa que me vengan a preguntar acerca de mis cosas. Hay temas más importantes, me parece. Bueno, basta de justificarme, debo ser una basura.

5. Insisto absurdamente en jugar al fútbol, aunque soy malísimo. Desde la primaria hasta ahora en el laburo. Obviamente, antes de cada partido digo "vamos, esta vez vas a jugar bien, es sencillo" etc etc. Pero no.

6. Lo que más me gusta en el mundo es lograr una conexión con una persona querida. Esa sensación de que sabés exactamente lo que está queriendo decir la otra persona. Cuando la mayor parte de las barreras están levantadas, y podés ver en el interior del otro. Bueno, es más complicado; algún día lo voy a explicar.

7. No valoro mis logros. En absoluto. Veo las cosas negativamente, pienso que podría haber hecho las cosas mucho mejor, que soy un vago, y que lo que que hice y otros ven como un logro era lo mínimo que podría haber hecho y que no debo vanagloriarme de eso. Ah y que un dia finalmente se van a dar cuenta que no merezco nada.

8. Sin embargo, sé que puedo hacer algo bueno. Sé que algunas cosas que escribí y que compuse están bien. Y que tengo cierta capacidad de decir algo lindo en el momento indicado, cuando es alguien que realmente me interesa. Pero generalmente veo esas cosas como delante mío, y no atrás.

Bueno, que festín para un psicólogo.


Ahora los condenados:


Pitucardi
Lula
Pau
J
YHVH

emm (me quedé sin gente que no lo haya hecho)...

Roberta
Sofía
Pam

Por las dudas que no lo hayan entendido, las reglas:
1) Cada jugador cuenta 8 cosas de sí mismo.
2) Además de las 8 cosas tiene que escribir en su blog las reglas.
3) Por último tiene que seleccionar a otras 8 personas y escribir sus nombres/blog.

jueves, mayo 31, 2007

La balsa

La playa de la base es muy linda, en ciertos aspectos. Al estar dentro del puerto, prácticamente no tiene oleaje, lo que la hace excelente para nadar. Además la ubicación y los vientos permiten que el agua este limpia casi siempre.
Habiendo vivido en Ushuaia hasta los 6 años, yo era una especie de niño de jardín invernadero. No sabía nadar, andar en bicicleta, jugar al fútbol... Eso sí, armando Legos y jugando a la compu era bárbaro. Aprender estas cosas me tomó algún tiempo. Cerca de los 10 ya podía andar decentemente en bicicleta. Al fútbol todavía no juego bien, a pesar de seguir intentándolo tercamente (lo dijo muy bien mi amigo el Abuelo cuando le conté de mi presente esguince: "Fijo, ¿para qué jugás?").
Nadar me llevó un poquito más. No me enseñaron hasta que fui un poco más grande. Creo que ya podía hacerlo bastante bien para el verano en que cumplí 12. Cuenten... son seis años. Seis años de ver la balsa. Blanca y con un trampolín. La balsa a la que iban todos a jugar. Los que no nadaban, iban chapoteando con un salvavidas. Pero yo no -era peligroso, en realidad-. A la altura de la balsa ya había varios metros de profundidad, por lo que no era tarea fácil. No, yo iría cuando supiese nadar.
La balsa, la balsa, la balsa. Por más que pensara en otra cosa, por más divertidos que fueran mis juegos en el agua, la balsa siempre estaba en el rabillo de mi ojo. A veces la medía. "Sé flotar bastante bien, tal vez llegue pataleando, con un poco de esfuerzo". Pero la verdad, yo era obediente. Tuve que esperar.
Eventualmente aprendí, y pude salir a nadar con mis padres. Los cuatro: los dos buzos y sus hijos, cien metros mar adentro, o más. Mucho más allá de la balsa. Y sí, cada tanto subía de pasada. Pero la verdad, la balsa era bastante aburrida.

lunes, mayo 14, 2007

El tren

Los 28 de diciembre nos tomábamos el tren a Buenos Aires. Siempre pasábamos Navidad en casa, y Año Nuevo en lo de la tía -mi tía abuela. Podría hablar de Banfield, pero este papelito está más cerca del tren.
Viajar perdió mucho significado para mí. Me refiero a cubrir la distancia entre Mar del Plata y Buenos Aires. Ahora lo hago casi todos los fines de semana. Duermo. Horas muertas, si no fuese el único momento en el que le puedo prestar atención exclusiva a mi música, y si no estuviera la ansiedad de volver a la ciudad que aprendí a querer y a P.
Pero en aquel entonces era distinto, partiendo de que el tren tiene para mí cierto encanto del que el ómnibus carece.
Siempre imaginando el traqueteo de los vagones como líneas de batería, esperando los sobresaltos por el ruido al pasar sobre un puente, viendo los campos, las casas, pensando cómo es la vida ahí, en medio del pasto. Vacas, alambrados, estaciones. Galpones abandonados y oxidados. Pebetes de jamón y queso y coca cola.
Unos años después, ya con walkman, la experiencia se enriqueció. No me puedo olvidar del atardecer, el sol detrás de los árboles que pasan frente a la ventanilla, y Hermano Perro de Almendra. O una tormenta eléctrica en la noche, con los rayos proveyendo la única luz, y la guitarra de Banks en I see you, con esas cadencias de jazz que tenía el Yes de los '60.
Y la lluvia. El tren parado, elevado sobre un barrio del sur. Techos, lata, chapa, quietos. Todo gris y pardo, hasta donde daba el ojo. Y la lluvia sobre todas las cosas.

viernes, mayo 04, 2007

Bailes de la escuela

Recuerdo que en los bailes de 7mo grado de mi hermano (que ahora tiene 28) pasaban the Clash. Y en la parte mas pachanguera pasaban los Pericos y los Cadillacs.

¿Qué pasó en el medio?

martes, abril 17, 2007

Espejismo

Hacía calor. Aquel fue el verano en el que íbamos muy seguido a las playas del sur con C.. Como nos aburríamos en la carpa, caminábamos casi toda la tarde. Una de nuestras zonas favoritas era "la reserva", una playa sin carpas, con algunos medanitos y un pequeño bosque.
Cierta vez nos internamos por la parte media de la playa, lejos del bosque y lejos de la orilla, donde no había nada salvo médanos. La arena ardía, y la marcha sobre los pequeños médanos nos agotaba rápidamente. Bromeábamos acerca de sentirse como perdido en el desierto. En esa época nos reíamos mucho todavía.
¿Qué era lo único que le faltaba a esta situación sahariana?. Un espejismo, claro. Al superar un médano divisamos una pequeña casilla verde, semejante a un stand, de tamaño suficiente para albergar una persona y poco más. En la parte superior del puestito, un cartel rezaba "Munchis".
Nos miramos desconcertados. Miramos alrededor. No había nadie cerca. No había nada cerca. ¿Por qué había una mini heladería en el medio de los médanos?.
Nos acercamos. El muchacho que atendía parecía sacado de una película de los '50. Resplandeciente uniforme blanco y delantal, brillante dentadura que reflejaba el sol, y dorados rizos bien peinados asomando bajo su birrete. No recuerdo quién preguntó. El prolijo muchacho contestó en perfecto castellano neutro y voz como sacada de "El viento en los Sauces": "Tenemos de crema, de vainilla y de chocolate".
Estábamos los dos en malla, por lo que obviamente no llevábamos dinero con nosotros. Tal vez hubiese sido bueno un helado de crema y chocolate en ese momento. Desconcertados, continuamos nuestra marcha.
Casi previsiblemente, nunca volvimos a hallar aquel puestito.

miércoles, abril 11, 2007

Duele

Yo vivía así. ¿Cómo puede ser?. ¿Por qué? ¿qué me hizo así?. Yo me "enamoraba". Laura, Caro, Eva, Lauka, Jui. Yo sufría. Sin comillas.
Yo vivía así, con esta presión en el pecho. Con esa tristeza que hace todo más lento. La reflexividad que me caracterizaba de chico se convirtió en sufrimiento desde que empecé a creer que necesitaba a alguien. Eventualmente comencé a pensar que no era malo, que era natural. Que en la vida no había que buscar simplemente la felicidad, sino la "intensidad", y que el dolor era la otra cara de esa intensidad. Peor era no sentir nada, ¿verdad?.
Esa presión en el pecho no paró hasta que tuve 17. Algo cambió entonces, me despreocupé y fui mucho más feliz.
Por supuesto que volvía. Volvió con lo de Jui. Pero ya no era la forma en que vivía, simplemente era algo que conscientemente yo quería rechazar. No quería sentirme más así. Ya había aprendido que había un estado mejor.
Pero, por supuesto había llegado la época en la que sentirse así tenía fundamentos más serios. Cada desilusión me llenaba de esa vieja tristeza, aunque yo la rechazase.
Un buen día de agosto llegó C., y el dolor se fue por mucho tiempo. Por un año y medio. Sólo para regresar más real que nunca. El resto de las cosas que me pasaron fueron un ensayo general para esa desilusión. Creer de verdad en algo puede ser muy peligroso.
El paso de otro año gris, con dolor y un poco menos de inmadurez, me regaló a P.. Y con ella aprendí que no es necesario separarse para sentirlo. El amor y el dolor, atrozmente, pueden convivir.
¿Saben a lo que me refiero? ¿lo sintieron?. Duele todo el día. Duele cuando te levantás, porque soñaste, o porque es lo primero que recordás. Duele cuando comés, cuando te reís, cuando escuchás la música que te gusta. Duele cuando te acordás, y cuando no podés dejar de acordarte. Duele cuando estás solo y duele cuando estás con alguien y tenés que disimular. Duele cuando te acostás, porque es cuando pensás en lo importante, y porque estás por soñar.
No es bueno vivir así.

Me acordé como era eso.

martes, abril 03, 2007

Oruga

Escuchaba la 103.3 en el altillo de casa, intentando estudiar para el coloquio de Ingeniería de las reacciones homogéneas a la luz de un velador. Dormí ahí por un tiempo, mientras papá y mamá colocaban el piso de cerámico con sus propias manos.
Hacía menos de un año que todo había comenzado con P. Seguían estando los fantasmas, de algún modo. Mi fantasma de C., a quien no había vuelto a ver, y el suyo de Ezequiel, que se había ido a París. Pero eso era secundario en el fondo.
Estaba esto que habíamos descubierto. Estaba esto, que me hacía doler al escuchar sus canciones favoritas, sólo por quererla tanto. Ansiaba que pasasen alguna de The Cure por la 103.3, para sufrir y ser feliz al mismo tiempo.
Las bajé con el kazaa, con mi penosa conexión dial-up, para saborearlas, mientras me preguntaba cuánto era que realmente me quería, y cuánto iba a durar ese vértigo.
Esos días de principio de verano, el patio de casa se llenó de orugas. Y justamente estaba esta canción, The Caterpillar, que decía: "you flicker and you're beautiful, you glow inside my head, you hold me hipnotized, mesmerized".
Así, no había fantasma que durase.

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viernes, marzo 23, 2007

Lennon

Los Beatles estaban, por supuesto. No recuerdo bien, pero me parece que era mi época Sgt. Pepper's. Estábamos acampando en el Ruca-Lauquen otra vez, pero esta veZ yo estaba, bueno, Getting Better.
Ya era domingo al mediodía; domingo de mucho sol. Almorzamos en una mesa armada en el pasto, al lado del auto de Polo, un amigo del profesor que nos daba Medio Ambiente. Me impresionó mucho que el auto, un escort rojo descapotable, tuviera una bandeja para 5 cds en el baúl.
Sonaron varias cosas, no recuerdo cuáles. Después llegó un grandes éxitos de Lennon. Y fue un sin parar de "¡que bueno este tema!", "¡uu que temazo!", y cosas similares de parte de Pablo, Marcelo y yo. Eran canciones instaladas en el imaginario, tal vez de las largas escuchas radiales durante los '80. No las recordaba, pero las reconocía.
Eventualmente Pablo me copió el Lennon Collection. Justo antes de nuestro viaje a la Patagonia al finalizar 5to año. Ese cassete me acompaño mucho y muy bien. Es muy especial para mí, y además me trae muchos recuerdos.
En el reverso del papel donde Pablo anotó la lista de temas, C. me dejó su teléfono para que la llame al volver del viaje.
Todo estaba mucho mejor.

martes, marzo 20, 2007

Ruca-Lauquen

Cam-pa-men-to. Ca-cam-pa-men-tooo! En el camping Ruca-Lauquen, en la hermosa laguna La Brava. Era el segundo campamento corto del taller de Medio Ambiente en 4to año. Si no me equivoco andábamos cerca de fin de año. Siempre me gustó ir a ese lugar. No voy a decir que es mágico, pero fui bastante feliz estando allí. O algo así.
Resulta que yo estaba muerto por Evangelina (no E.; Evangelina) desde 2do año; desde que me dejó de gustar aquella que fortuitamente inspiró el nombre Cairolib!. Es que en Eva, mi amiga, encontré la antítesis de lo que representaba la otra. Era sensible, reflexiva, inocente pero no ingenua. Por primera vez me gustaba una chica que no me parecía linda. Claro que eventualmente sí me gustó físicamente, tal vez por inducción. Y asimismo, eventualmente se transformó en una obsesión.
Yo me sentía como un doble agente que ya no engaña a nadie. Eramos amigos, pero los dos sabíamos cuáles eran mis sentimientos. Ella no sabía manejar la situación, por lo que no decía nada. Yo callaba y sufría. No era tonto, me daba cuenta que no me correspondía, pero aún así buscaba pasar tiempo junto a ella. Ese tiempo era lindo pero terrible a la vez. Yo intentaba dar lo mejor, ser lo más interesante y sensible que podía. Pero a Eva le gustaba un punk rocker. Ella, que escuchaba música clásica.
Es así como, después de dos (o tal vez cuatro) años de angustia y resentimiento me había convertido en alguien ácido y no tan agradable. Mis amigos me querían, pero hasta ellos se cansaban a veces. Recuerdo que me enojé con Marcelo. Estábamos los tres en el muelle, mirando las estrellas, y hablábamos de lo que queríamos para nuestras vidas. Ellos se entendían bien, y tenían esa tensión en su relación... yo hablaba y a mí no me comprendían. Me sentí mal, muy mal.
La aparté y hablamos. Fue corto. Ya no me acuerdo qué le dije, pero debía ser verdad, porque la conmovió. Pero todo lo que dije fue desde la derrota. Con el resultado puesto.
¿Conocen esa sensación de que tu mundo se ha derrumbado? Es muy literal... cuando pasa algo que lo cambia todo. Bueno, fue algo como eso.
Pasé esa noche, de algún modo.
Y al otro día era domingo. Y no me dí cuenta entonces, pero había empezado a mejorar.

jueves, marzo 08, 2007

De la mano

Bajábamos la loma de Colón en dirección al mar. Era la primera vez que nos veíamos después de la fallida salida al cine; afortunadamente ella había notado mi enojo, y decidió llamarme para vernos.
A una cuadra del mar paramos abruptamente en la esquina: un auto cruzó Colón a excesiva velocidad. Al plantarnos, sentí la mano de P. que intentaba tomarse de la mía. Me pareció un poco extraña su actitud, siendo que nos habíamos visto sólo un par de veces, pero me gustó. Tomé su mano, le sonreí y cruzamos la calle.
Eventualmente, cuando el tiempo hizo prevalecer la confianza, P. me confesó que atinó a aferrarse de mi mano porque se patinó con un sorete de perro.

Nice.

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lunes, marzo 05, 2007

Yo si lo entiendo

Era un primer piso, y yo busqué tanto tanto tanto tanto. De acá para allá. Silencio. Pregunta. De allá para acá, y estuvo bien. Bien, muy bien. Pero no fue igual. Gracias a dios no fue igual. Y supe, al fin.

jueves, marzo 01, 2007

Recuerdo del Futuro -otro-

Entré a la estación de servicio con mis amigos. Quedaba a una cuadra del colegio, lo que la convertía en uno de nuestros usuales lugares de dispersión en horas muertas dentro del cronograma estudiantil. No sé si era 1999 o 2000.
Miré para afuera, y en la veredita estaba setada esa parejita que se andaba besuqueando por ahí. Eran más chicos, ella debía estar en 1ro o 2do, y él debía tener un año más que ella.
El era alto, grandote para su edad. Vestido a lo semiskater, como se estilaba en aquel entonces. Ella era bonita, pero no me despertaba nada en particular (había otras de su edad que me gustaban mucho). Lo que sí había notado yo de esta chica eran sus extraños ojos. Uno era completamente celeste, y el otro era parte marrón y parte celeste.
Allí estaban sentados. Simplemente los miré por unos segundos. Y durante esos segundos sentí verdaderos celos. Tan inexplicablemente como llegaron esos celos, se fueron; sin dejar rastros, sin causarme verdadera extrañeza. Simplemente sucedió, y luego pasó.
Lo curioso es que muchos, muchos meses después, esa chica desconocida se convertiría en C.
Recuerdo del futuro. Celos del futuro.

miércoles, febrero 21, 2007

Cairolib!

Cairolib era la banda -mi única banda-
Era una banda de nada, en chiste, una banda de todo, completamente en serio. Marcelo, Pablo y Yo. Aero, PabloSoundcheck y el Gato. Un trío.
Empezó en 2do año, como una idea. Los orígenes del nombre son un tanto absurdos. Estábamos en clase de computación los tres en una misma máquina. Me empezaron a joder con que iban a escribir algo relativo a mí y a la chica que me gustaba en la pantalla, para que ella lo viera. Empezamos a forcejear, y de un manotazo logré frustrar el intento de Marcelo de escribir "Carolina". El resultado fue algo como:
Cairolb!
Los tres miramos la pantalla, y entonces
Cairolib!

Marcelo se compró un bajo, y Pablo tenía su guitarra eléctrica. Y yo, bueno, yo no tenía instrumento propio. Lo que sabía era fruto de la criolla de mi hermano, y apenas un poquito del minúsculo tecladito Casio que me había regalado mi tío cuando tenía 8 años.
Aparte de las clases de música en el colegio (la querida profesora Gozzi nos apodaba "los beatles") en las que resolvíamos el ejercicio musical casi siempre con gracia, nos juntamos un par de veces a ensayar. Yo alternaba posiciones entre el teclado y la batería (Marcelo tiene en su casa guitarra eléctrica, guitarra acústica, bajo, teclado, batería. Que lindo!!). Nunca llegamos a preparar nada presentable. Cosas buenísimas, sí, pero no tan pulidas como para ofrecerlas en un a escenario.

Mi falta de instrumento me dejó afuera de la presentación de los chicos en Arte Joven en 5to año. Fue muy raro. Tristísimo para mí porque no pude subir al escenario, pero a la vez contento por los chicos. No me malentiendan, no soy bueno en ponerme contento por los demás. Pero sinceramente esa vez sí lo sentí, inclusive habiendo quedado afuera de la banda. Tocaron con dos pibes de 3ro, Alejando el baterista, y "Emerson", un chico que, como su apodo sugiere, era un monstruo con el teclado. Hicieron una versión impecable de Peter Gun de ELP, y Lady Madonna de los Beatles. Miren si habrá gustado, que les pidieron que toquen de nuevo para cerrar Arte Joven.

Como he mencionado anteriormente, Pablo (pitucardi) hoy continúa tocando en Di Hombrecit y en Ruloman.
Marcelo se alejó de la música, tal vez definitivamente.
Y yo... de vez en cuando mascullo alguna de Bobby rascando la acústica que me compré años más tarde.

viernes, febrero 16, 2007

Cassettes (Lado A: D. / Lado B: Gerund)

Solo cassettes había. Los discos eran esas cosas que se pasaban en el aparato que rompimos en el cumpleaños de mi hermano (es que se parecía tanto a una pista para autitos...). Todavía los comprábamos. A lo sumo mamá grababa algún tema de la radio en esos robustos y pesados cassettes negros, tan perdurables. No como los TDK transparentes que una década después utilizaría mi hermano (y en los que se basó mi formación musical en la adolescencia) que duraban 2 o 3 años y empezaban a patinar. No me preocupa la discografía de Aerosmith, pero realmente fue una pena lo de los cassettes de Pescado Rabioso.

No, allá en los 80, teníamos mayormente cassettes originales. Cómo olvidar el Chronicles de Creedence! ¿Cómo impacta esa música en un chico de 5 años, que no sabe nada de las tierras del algodón y de las riberas del Mississippi? Todavía son nítidas las imágenes oscuras y atractivas que me sugerían canciones como Susie Q y Run Through The Jungle. Tampoco podría olvidar temas como Have you ever seen the rain. Lo irónico es que no escuché Cotton Fields hasta hace un par de años, siendo que esa es la canción en la que mi mamá pensaba para calmarse cuando me tuvo a mí.

Pero ese cassette no era mi favorito, ni mucho menos. Antes estaba, claro, el álbum blanco de los Beatles. Si el trabajo de Creedence me resultaba sugestivo, bueno, imagínense lo que era este disco para mí.
Generalmente no pasaba de la mitad del primer lado; el período de atención de los niños es corto. ¡Pero cómo disfrutaba de esa mitad!. Todavía siento la misma emoción al escuchar el in crescendo de las turbinas y de la guitarra en back in the USSR, al comienzo mismo del disco.
Dear Prudence con su cadencia onírica y la distorsión de Glass Onion, inolvidables. Luego Ob-La-Di Ob-La-Da, mi favorita en aquella época tal vez por su ritmo lúdico, que me sugería lanchas a motor navegando de un lado a otro. Wild Honey Pie, que a un adulto puede resultarle bizarra, para un niño es tan natural como cualquier otra (esto es algo especial de esa edad; todo es igualmente extraño, e igualmente normal). Y después The continuing story of bungalow bill, que me gustaba tanto, tal vez porque sin conocer la letra intuía su formato de cuento de niños. Eso habla muy bien de la obra, de hecho. Recuerdo perfectamente imaginar durante el coro una gran familia italiana sentada a la mesa en un cuarto con mosaicos blancos y negros cantando, aplaudiendo y golpeando el piso con un pie. No recuerdo si dejaba de escuchar ahí, o si while my guitar gently weeps estaba incluida. Recuerdo las imágenes asociadas, pero no sé si son posteriores o datan de ese entonces. Son como luces de colores que se mueven rápidamente en un fondo negro.

Mi otro cassete predilecto es el motivo por el cual nació este post. Me corrijo, nació por un post de la gran Gerund en su fotolog (15 del febrero), que me emocionó mucho. Es lindo enterarse de que alguien escuchaba ese mismo extraño cassette, y lo bailaba y lo cantaba a la misma edad que uno.
Se trata de Viejitos Piolas Internacionales, una recoplilación de oldies para adultos nostálgicos. Pero claro, funciona a otros niveles. ¡El Rock and Roll de los 60s es irresistible para los niños! Es tan fundamentalmente divertido, enérgico, sofisticado, que es imposible no contagiarse. Lo escuchaba en el equipo del comedor, o me llevaba el grabadorcito a la pieza y cerraba la puerta. Y cantaba bailaba cantaba bailaba bailaba y cantaba. Y saltaba en la cama, y punteaba virtuoso los solos en una guitarra imaginaria. Por ejemplo el de Nobody but me, uno de mis temas favoritos (de todos modos me fascinaban todos las canciones, excepto una balada crooner que no me acuerdo como se llama; siempre la adelantaba porque era aburrida). Estaban presentes los Beach Boys con I get around y Dance dance dance, Sha la la de Manfred Mann, un temazo! Be bop a lulla interpretada por Elvis, genial! Bus Stop y Long Cool Woman In a Black dress por los Hollies, no milk today de Herman's hermits, house of the rising sun, version de The animals, increible. También estaba el tema 16 tons, memorable porque con mi hermano solíamos reproducir una y otra vez el final porque nos causaba gracia.

Este tipo de cosas fueron la génesis de mis gustos musicales. Qué mas se puede decir. Este papelito demuestra que la música siempre me hizo feliz.

Gracias Gerundita por hacerme recordar!



Ahora sí, escritora invitada, Gerund:

Mi papelito es al revés. Mi volví joven (por no decir grande, por no decir vieja), y, más que nada de la mano de los Ramones y los Avengers, me empecé a interesar por los sesentas en general y su música en particular. Claro que hay cosas que uno siempre escucha, Beatles y Beach Boys, tan marcados a fuego en el inconsciente colectivo. Y alguna cosita más que heredé gracias a los discos de mis viejos (por ejemplo, los Kinks. Los tenía de nombre y de You really got me, pero fue ese disco que trajo mi viejo de su paso por Londres en el '68 el que los metió en mi vida).

Freaky como soy, no me iba a quedar con lo fácil y rápido, sobre todo cuando la música era tan bonita. Pasaron las bandas más comerciales, como Dave Clark Five o los Hollies, después las excelentes y más conocidas, como los Who o los Animals. Y cada tanto me topaba con algún tema de ese disquito, como No Milk Today de los Herman's Hermits o The House of The Rising Sun, y pensaba "guauuuuuuu, mirá como todo empezó donde debía terminar". Pero esos eran fáciles. Eran super hits de super bandas. No así mi tema más favorito de todos, Nobody But Me.

Nobody But Me es de los Human Beingz, una banda de garage ultra pequeña. De no haber sido por el gran y hermosísimo compilado de garage Nuggets, posiblemente jamás me hubiera reencontrado con ella (el cassette sigue conmigo, pero su tapita se perdió en mi infancia); compilado al que llegue, como a la mayor parte de las cosas en mi vida, por una extraña mezcla de suerte, investigación y casualidad.

Primero fue el título. Tema tres del disco dos, Nobody But Me. Será? Yo lo conocía por su traducción (que no me acuerdo como era... creo que "Nadie como yo" o "Nadie salvo yo"... la única traducción qu eme acuerdo bien es la de I Get Around, que es "Yo salgo", y siempre me pareció super graciosa), pero me sonaba que eso era lo que decía la letra. Cuando la escuché, no lo pude creer. Fue volver al ochenta y nueve, a los viejos walkmans berretones de auriculares inmensos, a los viajes largos hasta la casa de mi viejo, a pensar si mis zapatitos azules serían o no de gamuza azul, a dibujar para los flyers de la banda punk de mi hermano...

En ese cassette están muchas de las bandas que escucho a diario. Por lo que, más que pensar en una especie de señal de lo que iba a ser, voy a robarle a D. su hermosa expresión y voy a sostener que, seguramente, ese cassette me gustaba tanto porque era un recuerdo del futuro.

Gracias, D.! Por la invitación y por el papelito. :)

miércoles, febrero 14, 2007

Chile

Callecita de Puerto Montt, una chica del grupo se descompone.
Diego entra a un comercio a pedir un vaso de agua para ella.
- Hola ¿qué tal?. Disculpe, ¿me daría un vaso de agua para esta chica que se descompuso?
- NNNnnnnno.
- ¿Qué? ¿por qué no?
- Polllllque éreh un alllgentino pelota
- !!!

Juani en el baño de un shopping. Le habla un tipo en los mingitorios.
- tu eres argentino?
- eeeeeeeee no, uruguayo.
- ah
- (fiú!)

Calle de la costa. Estamos con Leandro, más conocido como el Gallego.
- ¿Ves? acá en Chile es distinto. Ponés un pié en la calle y frenan.
FEEEEEEEEEEIIIIUWWWWW!!
Resultado: Leandro con el pie enyesado por el resto del viaje.

Eso sí, la isla de Chiloé es muy linda.

Por favor, comments demasiado xenófobos, abstenerse.

martes, febrero 06, 2007

P. es importante

Los papelitos no están ordenados, eso ya es evidente. Pero le puse etiquetas a algunos que recogí. Les dibujé una pé, porque son importantes. Porque acaso sean todo lo que tengo. Porque estoy a 500 km y me cuesta creer cómo es P. a veces. Entonces de tarde en tarde junto los papelitos con la P de importante y trato de entender lo inentendible.
Eso es, claro, cuando me doy cuenta de que no está todo bien.

Este es de cómo empezó todo con ella.

Cumpleaños de Pablo (no Pitucardi, otro). ¿Qué más dá?, me llevo bien con ellos, voy a salir. Ellos son el desfachatado grupo de Gise, la hermana de C. Donde los chicos asumen que son unos otakus, y las chicas intentan guardar compostura, fallando el 100% de las veces, tal vez a propósito. Son divertidos. Eran divertidos.
Qué raro... Poli con un sombrero. Vamos a El Santo, un barsucho a media cuadra de El Estar, otro barsucho a n cuadras de n barsuchos marplatenses.
Mesa grande, alcohol; yo habia trabajado, todavía tenía dinero, venga. Cantamos canciones de los ochenta. La flaca que yo había calificado como pasable se sienta al lado mío. Hablamos. Era muy histriónica (se había besado con Poli solo por el show). Lamió la sal de su tequila de mi mano. Le hablé de lo que para mí hay que buscar en la vida. Lloró, me besó. Demasiado histriónica. Belén se llamaba (creo). Salía con Nico, mi peor amigo.
P. estaba sentada por ahí, se le acercó un tipo, le dijo algo, y se empezaron a besar. A mí no me importaba, apenas me acordaba cuál era la que se llamaba Florencia y cuál era la que se llamaba P. Nos fuimos. Tal vez me la lleve a otro lado a esta flaca. Pero no. Era demasiado muy mucho histriónica.

Exactamente una semana después, no sé porqué, confluimos los mismos al mismo lugar. Excepto Belén. Damn.
Estabamos sentados en una mesa, aburridísimos. Creo que Poli y Pablo se fueron por ahí. Uno de los chicos se levantó y dijo "vamos a jugar al pool". P. entusiasmáda dijo "si dale!".
Había estado tomando. Yo también. Maybe I've got a shot here. No deja de ser la más linda de las amigas de Gise... Le dije a Seba que me deje jugar a mí primero con ella. Apestaba, no pegaba una. Hablamos. Muy animadamente. Por momentos parábamos de jugar y nos quedábamos hablando 5 minutos. Definitivamente está coqueteando. Para que yo me dé cuenta, tiene que ser grave. Ok this is it. Mi turno. Metí las 4 o 5 bolas que me restaban, la agarré de la mano y la llevé afuera.
Nos sentamos en la vereda. Nos pusimos a hablar. Me habló de los árboles, y de sus cosas. Yo no era nada para ella, pero a mí me empezó a gustar en ese mismo momento. Mirando los árboles negros de enfrente.
La besé. Fue un mal beso.
Se fue.

Otra semana. No puedo decir que no pensé en ella. Pero puedo jurar que ella no pensó en mí.
Tercera salida. Esta vez a Taos. Llegué y ella estaba hablando con Cristian. Ella quería estar con él, just for the heck of it, de la única forma en que ella manejaba esas cuestiones. Me dí por vencido. Volvimos a El Santo.
Estaba la prima de P., Fabrina, y también estaban Juani y Adrián, otros amigos míos. Me quedé con ellos. En un momento vino Fabrina y me dijo "bailá con ella".
Y yo ??!!???¡¡¿¿¿!!!
P. estaba muy feliz bailando con uno de los chicos. Se llevaban bien bailando. Pero como era una mescolanza, y estaba todo el grupo bailando, no había inconveniente en que yo fuera. Tampoco nos llevamos bien bailando. Puso cara de orto, yo me fui a la silla, embroncado.
En un pase estratégico, Poli y Fabrina se cambiaron de asiento y dejaron la única silla libre al lado mío. P. volvió del baño, puso cara rara y se sentó.
Perdido por perdido... me puse a hablarle. Intercambiamos pocas líneas, y la besé otra vez. No soy kamikaze, algo había. Vamos afuera, me dijo.
Caminamos unas cuadras, definitivamente algo había. Me gustaba escucharla hablar. Estaba sedado, más allá del efecto del etanol. La besé una tercera vez. Esta vez fue bueno.
Antes de que se suba al taxi le pregunté si quería que la llamase. Creo que me dijo "no sé" (el primero de tantos millones). Bueno, está bien, "misterio" dije yo, creyéndome gracioso. Ella todavía se burla de eso.
Averigué su número y la llamé. Nos vimos y hablamos toda una tarde. Se sentía igual de bien que ahora. Empezamos a ser nosotros ese mismo día. No estoy exagerando, era como si nos conociéramos de siempre. Pero antes de estos episodios no habíamos hablado nunca.
Después hubo algunas idas y venidas. Me la encontré en el centro y casi ni me habló; le dije que quería ir a ver una película del festival de cine con ella. Ella invitó a todos los demás del grupo a nuestra cita. Le tocó el asiento al lado mío, pero a la mitad de la película se fue a sentar al pasillo. Yo no entendía que estaba pasando. Me enojé visiblemente, y pensé esto es todo.
Pero ella es distraída, aparentemente. No se dió cuenta que eso pareció un desprecio. Cuando lo habló con Poli se percató. A los pocos días me llamó.
Empezamos a vernos de vez en cuando. Yo ya no tenía plata, asique caminábamos.
Las cosas fueron mas o menos así hasta el episodio en lo de Susana.
Esos son los días a los que se refiere ella cuando me dice que ya no hablamos como antes.

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viernes, febrero 02, 2007

¿Por qué P. y D.?

Todos se preguntaban por qué por qué por qué?
por qué estan juntos?
si son tan distintos...
si ella se quedó enganchada con Ezequiel
y él se quedó enganchado con C.
y son taaaan distintos,
si tienen un sentido del humor diferente
si no escuchan la misma música,
si ella es tan cool
y él es tan ñoño
y son taaaaaaaaaan distintos...
si ella era dark
y él escuchaba prog rock,
si ella pintaba
y él eligió exactas
y son taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan distintos...
si ella se viste de negro
y él de buzo y jeans,
si ella es tan madura
y él salía con esa pendeja,
si a ella le gustan flacos y altos
y a él rubias y con rulos
si él es incisivo
y ella es silenciosa...

y son tan, pero tan distintos?


todavía se lo preguntan

:)

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jueves, febrero 01, 2007

Lula

Escritora invitada: Lula

AVISO: soy una de las personas mas cursis en la tierra. Junto con Cris Morena y quien quiera que haya escrito all those fairy tails...

Jaja era necesario que dp del papelito de Julia siguiera este... esto va a tomar algun tipo de orden cronologico???
N. del E.: no.
Asi que situemosnosssss (con estas palabras siempre siento que sobran eses) en epoca chatera. No se como cazzo D. y yo terminamos comunicandonos por alli, descubriendo que ibamos al mismo colegio.
Pichona de histérica (15 años), debemos haber tardado unos 2 meses en saber quien era uno y otro y eso que el colegio era muy chico. La cuestion es que un día YO (si yo) tomé la determinacion de saber quien era y accidente por medio en la escalera fui a presentarme.
De dos personas taaaan charlatanas como nosotras surgio una de las conversaciones mas profundas y extensas registradas hasta el momento:


-Hola
-Hola
-Sabes quien soy?
-Si supongo
-Ah ok. todo bien?
-Todo bien
-Ok chau
-Chau

(notese que en ningun momento nadie pronuncio el nombre del otro yo podria haber saludado a fulano y D. pensar que era mengana..., qué ridículos)
Creo que en el transcurso de ese año habremos hablado 2/3 veces mas como MUUUCHO
Mantengan el silencio y las pocas palabras y eleven todo a una potencia mayor con cada suceso que fue pasando. El resultado de esta formula matemática?? No tengo la más puta idea. Eso se lo dejo al Ing. que maneja más numeros que yo.

After these episode Lula se transformó en the weirdest person on earth (nótese el cambio del narrador a la 3era persona) evitando cualquier situación normal que pueden tener dos personas que se conocen en la vida real. Asi que D. siguió con su último año de secundaria, Julia de por medio, hasta que sucedió lo que ahora todos saben (y que yo recién me entero) con esta señorita (eso te pasa por meterte con pendejas).
After that, things will never be the same for Lula. El intento de acercamiento por parte de D. tiene los arranques mas adolescentes por parte de una niña, incluyendo: gritos, escapes, mentiras, patadas, skipping gym... un papelon.
Y la serie de escenas dramaticas hasta noviembre consituyen un compendio de: repentinos intereses por algun amigo, encerrarse en un aula unos 30 minutos , mucho beatles dando vueltas, y campamento de fin de año (maldades musicales a cargo de D. incluidas*).
Y aqui (gracias a Lula) aparece C., sisi la gran C. es todo un logro de ella...
La frase "no hay mal que por bien no venga" merece un apartado especial.
Supongo que a esta altura, quien lo lea tomará la decision de ponerse en el lugar de uno u otro, como en "Martín Pescador me dejará pasar"... y yo elijo siempre chocolate.
Pasaron casi 7 años de todo esto (guau)... la verdad todavia no logro entender por que seguis hablando con Lula, y muuuucho menos aun , qué te sigue interesando de aquella chica como para reclamar por ella. Lu, Blanchu, Lupita, whatever, todas me caen mucho mejor.
N del E.: La autora cambió de pesona gramatical otra vez (sigh...)
Yo por mi parte (y aca entra la cursileria) tengo la suerte de seguir teniendo "cerca" a una de las dos personas mas influyentes de mi adolescencia (...)

Esta es la versión de ella, que no difiere mucho de la mía. Es muy cierto que de no ser por Lula no hubiera conocido a C., y por ende tampoco a P. (al menos no de la forma en que lo hice).

* La maldad musical fue muy simple: puse the long and winding road (en un equipo que musicalizaba tooodo el campito) porque sabía que le iba a molestar. Esto tuvo dos consecuencias: Lula no pudo volver a escuchar ese tema por años (culpa?), y lo más fructífero, este episodio:

Damián escuchando el tema...
C. irrumpe en la cabina como loca
- ¿QUIEN PUSO ESTE TEMA?
- (glup!, sonroj!) ehmmm yo
C. le sonríe a D.
- ¿te gustan los Beatles?

Y así empezó a empezar todo. Después pusimos I've got a feeling, y yo realmente tuve el feeling de que algo estaba por cambiar en mi vida.


Gracias Lucha!

jueves, enero 25, 2007

JWUHIY? (Julia, Riskcord y yo)

- Por favor, lean el post anterior, que es mucho más trascendental -

Ahora sí.
Corría el año 2000, mi quinto y último en el Illia. Yo ya estaba en etapa de chico que disfruta la vida, pasada la tormenta de 4to año. En aquella época chateaba en Copetel. Entre mis interlocutores habituales estaba Jui, que casualmente iba a mi colegio. De hecho, ella era mi contacto favorito. Era más pequeña que yo, 14 contra mis 17. Acaso esté de más aclarar que no parecía.
Un par de semanas después de conocerla en el chat, la curiosidad me pudo y quedamos en vernos durante un recreo. Bueno, no voy a describirla, pero puedo decir que era muy muy hermosa. Más que cualquier otra chica con la que haya estado hasta entonces. Era muy especial. Seria, delicada. Mucha onda.
La noche del sábado siguiente la encontré en el chat. La invité a salir. No la dejaron. Insistió, y se peleó con sus padres. No la dejaron. Intentó escapar. No la dejaron.
El lunes en el segundo recreo la encontré en el pasillo y le dije que nos encontrábamos a las 5 en la puerta. Así fue que salimos a caminar por la calle Córdoba (que se merece un papelito, y lo tendrá) y nos besamos en el patio de una casa de piedra.
Lo que siguió fue un mes saturado y confuso, lleno de alegría, como presurizado. Color rosa y negro, como ella, y con gusto a limón y tutti frutti, como ella. Por primera vez en años yo no tenía un problema.
Cierta noche fuimos a ver a Aria al espacio Nave, en el subsuelo del teatro Auditorium (Aria era una banda de metal clásico de mi colegio que hacía furor... en mi colegio. Llegaron a telonear a Rata Blanca, lo que no sé si es bueno o es malo). Recuerdo perfectamente la lluvia e ir en el colectivo feliz, escuchando el Foxtrot de Genesis en mi walkman.
Julia estaba un poco distante. Nos encontramos con mi amigo Hamlet (Adrián). Ella me dijo que habían llegado dos conocidos suyos. Los fuimos a saludar. Una chica que no recuerdo, y un pibe alto, con cara de despiste y vestido con onda. No como yo, militante por años del buzo y jean... me afirmaba básico, realmente no me interesaba la ropa. Ahora me doy cuenta que me vestía horrible. En ese momento usaba el pelo largo, una remera y arriba una camisa abierta. Ya era mucho para mí.
Cuando empezó el recital ella me dijo algo de irse un rato con sus amigos. Yo me quedé con Adrían, no sin rezumar un poco de bronca, ¿qué estaba pasando?.
Terminó. Salimos a la vereda y le pregunto dónde quería ir a tomar la cerveza que habíamos planeado. Me dijo que se iba con sus amigos.
Como muchas otras veces en las que me equivoqué (ya postearé Recuerdos del Futuro III), me obligué a pensar que estaba todo bien, y que no había de qué preocuparse. Lo miré al flaco y luego a ella. Le pregunté si me tenía que preocupar. Me dijo que no y me besó. Y le creí.
Una semana después, al salir del colegio, me dijo que tenía que hablar conmigo. Me contó de lo que pasaba con este chico. No puedo decir que no lo había imaginado.
Me fui y caminé mucho. Y me costó más de un año y la existencia de C. para olvidarme de Julia.
Año siguiente, primer día de la facultad. Me senté al lado de Marcelo, un poco nervioso, un poco expectante. A punto de comenzar la clase, entra por la puerta un pibe alto, con cara de despiste. (No puede ser!).
Hoy Riskcord, Pablín, es uno de mis más queridos amigos. Agradezco que Jui haya roto mi adolescente corazón, porque eso me permitió conocer a este gran chico. No me soprende que sea tan parecido a mí. Y no me soprende que Julia lo haya hecho sufrir acaso más que a mí. Esta amistad puede parecer una ironía, pero de hecho para mí tiene mucho sentido.

JWUHIY? es JUI WHY ? intercalado. Era la inscripción en el identd de Pablo en el chat. El jura que no quería decir eso, pero yo se que sí :)

martes, enero 23, 2007

Terror Absoluto

Estaba durmiendo, creo. Un sueño ligero tal vez. Ya era temprano en la mañana. Recuerdo demasiado poco sobre lo que sucedió, pero lo suficiente como para saber que fue relevante. De un modo u otro comencé a sentir temor. Un temor puro, por ponerlo de algún modo. Sin fundamento. Un pánico creciente, blanco, agobiante. Terror incontrolable que llenaba todos mis espacios y que se hinchaba exponencialmente. Trascendió la barrera de lo soportable. No lo puedo describir realmente. Lo más característico era la vacuidad de toda razón. Por eso mismo lo llamé el Terror Absoluto.
Sin embargo, eso no fue lo verdaderamente importante. A la vera de la locura, hice algo. Imposible de determinar qué. Pero desde mi interior surgió algo que sólo puedo describir como una luz arrasadora. Una energía intensísima que barrió el Terror Absoluto, y por un instante me elevó adonde nunca antes había estado, y me mostró una alternativa, una meta. Fue lo exactamente contrapuesto al terror. Paz, alegría, fuerza. Soy consciente de que fue mi propio esfuerzo lo que lo logró. Es muy difícil de describir, esto queda demasiado incompleto, y es triste porque realmente me gustaría que lo entendiesen.
Desperté muy impactado. Sabía que lo que me había sucedido no era algo ordinario. Por alguna razón sigo pensando que eso fue muy importante, y sobre todo muy real. Tal vez más importante y real que la cotideaneidad. Lo que me quedó, más allá de estos recuerdos frágiles, es la certeza de que tengo que seguir buscando eso. No sé como, pero tengo que investigarme. Tengo que encontrar esa luz de nuevo.
Muy extraño.

viernes, enero 12, 2007

El Illia

Mi secundaria la hice en el Colegio Arturo Illia de Mar del Plata.
Sin emitir juicios de valor, se puede afirmar que es un colegio bastante particular. Su lema es (o solía ser) "libertad con responsabilidad". Entre sus características se hallaba el trato no condescendiente con el alumno, cierta independencia, por la cual uno debía manejarse en algunos aspectos como en la universidad, la enorme carga horaria, la alta exigencia académica, y el fuerte sentido de pertenencia por parte de los alumnos. La gran mayoría no odiaba el colegio, lo que es mucho decir. Estábamos ahí de 8 a 5 de la tarde... y aun así nos quedábamos por propia voluntad después de hora en el colegio. Charlando en el patio, en el teatro a tocando el piano o revoleando cubos de telgopor, leyendo en la biblioteca, en talleres optativos, jugando al fútbol en el gimnasio o a la vuelta, tomando algo en la estación de servicio... te quedabas, la pasabas bien.
Es difícil de explicar, había muchos elementos que fomentaban este sentido de pertenencia. Como para todas las cosas, también había extremistas. Gente con tanto cariño que daba para mirarlos de costado. Esto generaba algunas reacciones adversas; conozco muchos detractores del "espíritu Illia". A mí me era indiferente en realidad. Yo lo disfruté a mi manera.
Claro que no todo era tan idílico. Como ya dije, estaba la exigencia. Pero también estaban las sociopatías. En un colegio con examen de ingreso, donde todos tienen un "número" (yo entré 30 o 31, no me acuerdo), la competencia es inevitable. Por más de que a uno no le importe, va a haber muchos desgraciados a los que sí. Y claro, el temita de la popularidad. No tan "cruel" como en las películas yanquis, pero presente, estaba el tema de quien es in y quien es out. Los que están en todos lados, a los que los conoce todo el mundo, y a los que no los conoce nadie. Y en el medio, una masa de complacientes, por supuesto. Pero lo bueno del Illia es que había lugar para todo el que quisiera tomarlo, de hecho. Si eras punky o ñoño o retro o dibujante o literato o deportista o dark (antes de 5to, cuando ya era "in" vestirse de negro y hablar de cine) o lo que sea, encontrabas gente como vos, e incluso podías hablar de lo que te gustaba con algún profesor copado (de esos había 50% digamos, lo que está muy bien) y recibir su apoyo. Era muy difícil ser un verdadero outsider, porque, aceptémoslo, era un colegio de outsiders por más fashion o estrellita deportiva que fueras. Las sociopatías las sufríamos todos, pero en definitiva, todos juntos.
Está de más decir que me marcó, y que hizo gran parte de lo que soy hoy. Para mí el balance fue muy positivo...

En el Illia aprendí muchas, muchas cosas
Esos cinco años los viví con verdadera intensidad
Mediante el Illia viajé a muchísimos lugares muy hermosos... innumerables
El Illia me hizo descubrir Genesis, Jethro Tull, ELP, Bobby Dylan
El Illia me hizo escuchar de nuevo a los Bealtes
Por el Illia toco la guitarra
Gracias al Illia canté Beatles a voces, y estuve en Cairolib!
En el Illia conocí por primera vez gente parecida a mí
Y claro, del Illia son todos mis amigos que son como yo...... excepto Riskcord y Val, a quienes de todos modos probablemente no hubiera conocido sin el Illia
El Illia me dió a Pablo, a Marcelo y a C.

- Sin el Illia no sé como hubiera hecho para encontrar a P. -

Hacer la secundaria en otra parte tal vez hubiera sido bueno igual.
¿Pero es casualidad que el Illia tenga que ver con todo lo que más me gusta de mi vida?

miércoles, enero 03, 2007

Recurrente

¿Quién no ha tenido sueños recurrentes?
He aquí el primero que recuerdo:
Generalmente era una habitación, o una casa de colores pálidos, como crema, verde agua, etc. La iluminación era siempre como de día nublado. Lo más cumún era que en un determinado momento un sueño que hasta entonces había sido normal, incorporase esa visión repetitiva.
Silenciosamente, empezaban a aparecer cruces. Pequeñas cruces semejantes a las del Calvario. En todas partes: las paredes, el cielo, el piso. Cada vez más. Y lo más importante, este fenómeno me llenaba de terror. Nada podían hacer mi mamá, mi abuela o quien estuviese presente. Las cruces aparecían sigilosamente y yo alcanzaba los límites tolerables del miedo. Justo cuando era más insoportable, despertaba angustiado.
Creo que esto me sucedió por algún tiempo hasta los 6 años.
Recuerdo muy bien la última vez. Estabamos en el exterior de una casita con techo de paja, algo así como una granja. Otra vez dominaban el gris y el verde agua. Las cruces comenzaron a aparecer, suspendidas en el aire. Otra vez el miedo. Pero en esa ocasión, quizás por tener un mayor grado de conciencia dentro del sueño, decidí hacer algo. Me acerqué a una de las cruces, y la examiné con detalle. Soprendentemente, al hacer esto la cruz se desvaneció. Entonces, muy aliviado les dije a mi mamá y a mi abuela: "miren! si se acercan las cruces desaparecen!". De ese modo, una a una fueron borrándose. Así se resolvió mi primer sueño recurrente.
¿Todo sueño recurrente tendrá solución?

viernes, diciembre 29, 2006

Para atrás

Nadie contó nada sobre sus personajes de la infancia... (*sigh*)
Bueno, otro papelito:

Puerto pirámide, Península Valdez, 8 de diciembre de 2000.
Una piedra cuadrada que sobresalía unos 2,5 metros del agua. Desde la punta hacíamos clavados, porque el agua en esa parte tenía unos 3 metros de profundidad. Era hermoso (se veían las piedras del fondo!!). El agua era helada como nunca antes había sentido. Al salir a la superficie se dificultaba respirar. Pero hacía tanto calor, y ese lugar era tan lindo (parece Talampaya con mar!) que eso no nos importaba.
Otra vez mi turno de saltar. Se me ocurre algo divertido:
D. - Voy a saltar para atrás!!
Amigos - oooooh!!
Me paro en la resbalosa puntita con mi espalda orientada hacia el inmenso mar azul.
Alguien toma la cámara de Gercho e improvisa entrevistas con los espectadores (aún existe el footage):
Mendez - Se va a matar
Javito - El Gato está totalmente loco (ese era mi sobrenombre en aquella época)
Germán - Se va a hacer mierda
y más que no me acuerdo.
La cámara finalmente me toma a mí.
- Gaaaaaa-to! Gaaaaaa-to! Gaaaaaa-to! - coreaban mis amigos.
Momento cúlmine.
Flexiono mis rodillas.
Me elevo, todos enmudecen.

Salté palito para atrás.

- Puuuuuutoooooooo!!! puuuuuuuutooo!!!!!

En ningún momento dije que iba a hacer un clavado para atrás...

viernes, diciembre 22, 2006

Personaje

Yo tenía un personaje. Lo interpretaba en la terraza generalmente. El resto del día estaba en mi cabeza. Pero no era un amigo imaginario, sino que yo seguía imaginando sus aventuras, cada vez con más nivel de detalle. Todo un imaginario, su entorno, su universo, los aspectos de su vida ajenos a la lucha. Debo admitir que era influido fuertemente por lo que en particular me llamaba la atención en cada época. Mortal Kombat, Star Wars, X-men, Los caballeros del zodíaco, Dragon Ball, etc. Verán, yo era un niño impresionable (soy un hombre impresionable).
La historia va más o menos así: él surgió en un universo caótico, particularmente en un mundo en el que la supervivencia era fruto de una batalla constante. Con frecuencia este mundo era literalmente un mar de guerreros en batalla campal y sin aliados. Fue seleccionado por dios, que lo ascendió hasta su morada celestial con el objetivo de convertirlo en su brazo armado. Aparentemente dios había creado este continuum de universos con el deseo de no intervenir directamente, para dar libre albedrío a sus habitentes. Sin embargo, su antítesis, que se corporizaba de distintas formas a lo largo de distintos ciclos (podía corporizarse como una manifestación del mal, u otras cosas) pujaba por controlar su creación. De ese modo surgío la necesidad de este guerrero celestial.
Así es que nuestro amigo saltaba de universo en universo, teniendo la necesidad de adaptarse en cada uno y desarrollar nuevas habliadades. Tuvo su armadura dorada en el universo helénico, combatió las huestes del Outworld, se unió a la causa de los mutantes, desafió en tremendos combates a Ryu y a Akuma, y también tuvo algunas aventuras originales. Por ejemplo, la vez que la corporización del mal destruyó uno a uno los universos, y transformó el continuum en un mar de fuego. Siendo él el único sobreviviente, heróicamente combatió al demonio definitivo y lo destruyó a cambio de su propia existencia, para permitir el comienzo de un nuevo continuum.
Era muy completo. Imaginaba las secuencias de la destrucción de cada universo. Imaginaba los diálogos, las escenas. Inventaba videojuegos de pelea con mis personajes, con cada uno de sus movimientos. Mucho tiempo libre tenía.
Hasta ahora, esto sólo se lo había contado a Val, a C. y a P.. Está bueno contarlo; sé que muchos (acaso todos) tienen este tipo de fantasías de pequeños. Cuando lo contás y te das cuenta que los otros también lo hacían te sentís bien (yo creía que era un niño loco). Me acuerdo de Val y Fer con la familia viajera influida por Star Trek, y P. con su extravagante civilización (imaginó desde el sistema político hasta el diseño de su ropa).
Este subblog no es muy comentado, pero si tienen ganas, los invito a que cuenten la suya. Realmente me gustaría.

lunes, diciembre 18, 2006

Recuerdo del Futuro II

Casa de Valentín (en ese entonces novio de Gise, hermana de C., ambos amigos de P., si les gusta armar el complicado arbolito... sino let it go y concéntrense en la historia).
Yo todavía estaba con C. Todos alrededor de la mesa jugando AD&D. A mi derecha estaba sentada C., y a mi izquierda P., abstraída de la emoción del juego, dibujando patrones intrincados en su planilla. Me distraje observándola. Siempre me pareció la más linda de las amigas de Gise. En esa época usaba los rulos a la altura del hombro (el corte triangular le digo yo ahora), y no era tan dark como extravagante. Habitueé de las ferias americanas, tenía la habilidad de adelantarse un año a los comebacks de la moda. Podía ser sombría o soltar la más encandadora carcajada indistintamente.
- Tan distinta a C.
Entonces vino a mí algo que me pareció extraño en ese momento. Así como vino se fue. Recuerdo fehacientemente haber pensado textualmente:
"Esta mina jamás me daría bola a mí".
A los pocos segundos lo olvidé (por unos años) y volví a la burbuja de C.
Nunca había pensado en estar con ella, y no lo volvería a pensar por mucho tiempo. Ese sentimiento, estoy seguro, vino del futuro. Tal vez sea difícil de creer; tal vez piensen que quiere decir que siempre me gustó. Pero créanme que fue algo casi ajeno.
Este es un papelito extraño.

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viernes, diciembre 15, 2006

A la tarde

Entraba el resplandor del cielo, mas no la luz del sol, porque ya era de tarde. El patio central estaba típicamente descubierto. El alerón albergaba la escarlera y el pasillo que daba a las habitaciones del segundo piso.
Y las sombras se desplegaban y jugaban a fundirse con el sosiego de la tarde. Podrían no haber pasado 200 años, si uno hacía el esfuerzo mental. En mi vida pasaron 10, pero todavía recuerdo vívidamente la sensación de embelezo y calma que sentí en aquel caserón.
Será por eso que me resultó tan especial toparme aquella misma noche con un ejemplar de Misteriosa Buenos Aires, y encontrar en sus páginas el relato acerca de las Invasiones Inglesas, que se desarrolla en un caserón de la calle Defensa, en lo que hoy es San Telmo.

jueves, diciembre 14, 2006

Junto al arroyo

Es borroso, es muy viejo. Sé que estaba en segundo grado, y que pasaba bastante tiempo con Ariana. No recuerdo su cara, pero sé que me parecía hermosísima. Las imágenes más claras me sugieren que tenía mi misma estatura (porque sus ojos estaban a la altura de los mios), y que tenía el pelo negro y muy lacio.
No fue la primera chica que me gustó. En el jardín había estado Silvana. Lo más triste es que yo lo recuerdo como algo a distancia, pero mis padres inisiten en que yo iba siempre a su casa a jugar (¿sirve de algo que haya sido real si no lo puedo recordar?).
Bueno, vuelta a Mar del Plata. Fuimos de picnic al arroyo La Tapera, que quedaba a unas 20 cuadras de la escuela, en el barrio La Florida. Tal vez suene mal, pero de hecho era un lindo lugar.
Lo siguiente que recuerdo es estar parado frente a Ariana junto al arroyo. No sé cómo había sucedido, pero estaba por pasar algo importante, y nuestros amigos lo sabían. Ellos estaban unos metros más arriba, llenos de curiosidad. Habían prometido taparse los ojos.
Recuerdo que cerré los ojos. Nos dimos un beso.
Las sensaciones se me escapan ahora (¿cómo puede ser?). Debe haber sido hermoso.
Unos días después la maestra habló con mi mamá (aparentemente había bajado mi rendimiento). Me interrogaron muuuucho en casa. No se cómo llegamos al tema del picnic, y de lo que sucedió con Ariana. Muy avergonzado, por supuesto no conté nada. No sé por qué mecanismos mis viejos llegaron a la conclusión de que yo le había tocado el culo ("!!??, que extraño, por qué razón yo le querría tocar el culo a Ariana??" pensé). Me pareció mucho menos vergonzoso que haberle dado un beso, y decidí asentir con la cabeza. Ahí me explicaron que es natural (de nuevo: !!??) pero que no esta muy bien hacerlo, etc. Y esa fue la versión oficial por años y años.
Mis compañeros eran unos tramposos. Se habían destapado los ojos.

martes, diciembre 12, 2006

Recuerdo del Futuro

Fuimos a un bar. Tocaba la banda de Lautaro, el primo de Lali, una de las mejores amigas de C.
Regular.
Estuve toda la noche con "mala espina". Cuando a mí me da la mala espina...
Terminó y nos fuimos. Caminábamos por la calle Córdoba los dos solos.
Había algo que era inasible para mí... algo que me perturbaba.
- C., te gustó ese pibe, ¿no?
- ¿Qué?
- Si, te gusta Lautaro, ¿n0?
- Jajaja, ¿qué? nada que ver! Aparte ni lo conocía yo... ¿Porque decís eso?
- No sé... me dió esa sensación...

Faltaba poco menos de un año para el fin de mi relación con C., y algo más de un año para el comienzo de la suya con Lautaro.
Es el día de hoy que C. me jura que hasta tiempo después de cortar conmigo ni siquiera se le había cruzado por la cabeza estar con él. Y yo le creo.
Pienso que eso fue un verdadero recuerdo del futuro.

lunes, diciembre 11, 2006

Que rara...

Timbre.
- Vino alguien... ah son las amigas de Gise - dice C.
Vamos al comedor.
.
Gisela - D., ellas son Poli y P.
D.- Hola!
Poli - Hola!
P. - Hola
D. - Ahh vos ibas a coro conmigo no?
Poli - Siii, te acordás??
Poli - Venimos de la feria americana, mirá, me compré este sombrero!!
P.- y yo este abrigo, me salio $2!!!
Gisela - Que bueno!!
D. - (!!!)
.
Un rato después, solos
D. - Qué rara que es esa chica P.... no te mira a los ojos cuando te habla, viste?
C. - Si, siempre es así.

y ahí quedó por unos años.

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miércoles, diciembre 06, 2006

C.

Esta es una historia contada de un modo un poco distinto. Este post está relacionado con cómo se representa esa historia en mi mente, y con asociaciones. Puede ser una lectura que dé algunos matices de cómo fue una de las "sagas" más significativas para mí: mi historia con C.
Como van a comprobar, esta es una lista compuesta de: canción-comida-lugar-frase (si la hubiese). Es otro modo de representar un recuerdo. A los que lean esto tal vez les resulte difícil la recepción, pero tal vez les genere imágenes interesantes.
.
I've got a feeling (Beatles) - duraznos en lata, la sierra - "quién puso este tema??"
#9 Dream (John Lennon) - comida de campamento, Puerto Pirámide
I Know What I Like (in your wardrobe) (Genesis) - galletitas, el mar
Don't Let Me Down (Beatles) - torta de chocolate, el parque nublado - "necesito saber..."
Sgt. Pepper's (todo el disco, Beatles) - galletas, un campo en la sierra - "es un día re..."
You like me too much (Beatles) - helado, interminables calles soleadas
Girl (Beatles) - merienda, su pieza
I Need You (Beatles) - golosinas, el centro
(Just Like) Starting Over (John Lennon) - licuado, las playas del sur
Por probar el vino y el agua salada (La máquina de hacer pájaros) - gaseosa, el golf
I'd Have You Anytime (George Harrison) - mayonesa de ave, mi casa
I'll say a little prayer for you (Aretha Franklin) - un sandwich, el teatro del colegio
When you're gone (Cranberries) - vainillas, su pieza
Two of Us (Supertramp) - tostadas, su living - "no llores..."
Nobody home (Pink Floyd) - inapetente, su cumple - "... a no ser que realmente me necesites..."
Don't Think Twice, It's Allright (Bob Dylan) - inapetente, mi casa
Like Humans Do (David Byrne) - torta, otro cumple
Don't know why (Norah Jones) - chicle, conservatorio - "no estés triste..."
Body and Soul (Billie Holliday) - atún, la vereda - "perdón por no querer estar"
4th time around (Bob Dylan) - té de vainilla, almohadones - "... que estás pensando?"

martes, diciembre 05, 2006

14

"nube, loba, dedo, caaal....
.... gesticulador"

Spinetta... noches y noches de tarea sobre el mantel rosado
y también Doom II. Luz amarilla.

Mi buzo negro y la guitarra de mi hermano.

¿Hola Pablo? (2 horas de delirio...) a comeeer....

voy a dormir... no duermo... pienso en ella, no sé quién, no importa, de veras.

lunes, diciembre 04, 2006

Partículas elementales

Santoiani - ¿Y cuál es la partícula que tiene carga negativa?
Todos - El eleectróoooon
Santoiani - ¿Y la que tiene carga positiva?
D. - ¡El positrón!
Todos - JAJAJJAJA.

Nota: yo tenía razón, carajo. El positrón también tiene carga positiva.
Nota 2: eso me pasa por bocón. Siempre queriendo demostrar.