jueves, noviembre 30, 2006

Altar

Estamos agachados los cuatro.
Es raro... ¿que hacen estas cosas acá?.
No toquen chicos.
...
Estamos alto. Hay pasto y piedras, y árboles árboles árboles abajo y hasta la montaña.
Hace frío (como siempre).
Habíamos ido al bosque... en un rato estabas allá... tan cerca de casa, tan cerca de Ushuaia.
¿Por qué hay un pequeño altar de estampitas en esta cuevita?
-
Las memorias de esa época son borrosas y pocas. Pero esa sensación de extrañeza todavía la recuerdo. No era expresamente miedo; era la reacción a algo inexplicable para mí.

Fragmentos

D prima se trata de un subblog. O una contrapartida menor a No hay nadie.
En mi blog principal resuenan los ecos de mi existencia en el mundo de afuera; la premisa es presentar cosas del mundo de adentro. No siempre la cumplo, debo admitir. D prima aparece en parte como respuesta a eso. Aquí encontrarán fragmentos de mi memoria. Pequeños postit autoadhesivos que conforman la pelota de mis recuerdos. Siempre se suman, se pegan nuevos. Muchos se desprenden con el tiempo, otros quedan tapados por los más recientes. Este es un rincón en el que eventualmente cae un papelito de esos. Tal vez no siempre estén redactados biográficamente, en aras de ser lo más fiel que se pueda al papelito figurado de mi memoria.
No es contar mi vida. Son algunas pinceladas, que con suerte tal vez les transmitan algunas sensaciones relacionadas con quien fuí y soy. Pero también lo hago en gran medida por mí.
Si les intersa...