Solo cassettes había. Los discos eran esas cosas que se pasaban en el aparato que rompimos en el cumpleaños de mi hermano (es que se parecía tanto a una pista para autitos...). Todavía los comprábamos. A lo sumo mamá grababa algún tema de la radio en esos robustos y pesados cassettes negros, tan perdurables. No como los TDK transparentes que una década después utilizaría mi hermano (y en los que se basó mi formación musical en la adolescencia) que duraban 2 o 3 años y empezaban a patinar. No me preocupa la discografía de Aerosmith, pero realmente fue una pena lo de los cassettes de Pescado Rabioso.
No, allá en los 80, teníamos mayormente cassettes originales. Cómo olvidar el Chronicles de Creedence! ¿Cómo impacta esa música en un chico de 5 años, que no sabe nada de las tierras del algodón y de las riberas del Mississippi? Todavía son nítidas las imágenes oscuras y atractivas que me sugerían canciones como
Susie Q y
Run Through The Jungle. Tampoco podría olvidar temas como
Have you ever seen the rain. Lo irónico es que no escuché
Cotton Fields hasta hace un par de años, siendo que esa es la canción en la que mi mamá pensaba para calmarse cuando me tuvo a mí.
Pero ese cassette no era mi favorito, ni mucho menos. Antes estaba, claro, el álbum blanco de los Beatles. Si el trabajo de Creedence me resultaba sugestivo, bueno, imagínense lo que era este disco para mí.
Generalmente no pasaba de la mitad del primer lado; el período de atención de los niños es corto. ¡Pero cómo disfrutaba de esa mitad!. Todavía siento la misma emoción al escuchar el in crescendo de las turbinas y de la guitarra en
back in the USSR, al comienzo mismo del disco.
Dear Prudence con su cadencia onírica y la distorsión de
Glass Onion, inolvidables. Luego
Ob-La-Di Ob-La-Da, mi favorita en aquella época tal vez por su ritmo lúdico, que me sugería lanchas a motor navegando de un lado a otro.
Wild Honey Pie, que a un adulto puede resultarle bizarra, para un niño es tan natural como cualquier otra (esto es algo especial de esa edad; todo es igualmente extraño, e igualmente normal). Y después
The continuing story of bungalow bill, que me gustaba tanto, tal vez porque sin conocer la letra intuía su formato de cuento de niños. Eso habla muy bien de la obra, de hecho. Recuerdo perfectamente imaginar durante el coro una gran familia italiana sentada a la mesa en un cuarto con mosaicos blancos y negros cantando, aplaudiendo y golpeando el piso con un pie. No recuerdo si dejaba de escuchar ahí, o si
while my guitar gently weeps estaba incluida. Recuerdo las imágenes asociadas, pero no sé si son posteriores o datan de ese entonces. Son como luces de colores que se mueven rápidamente en un fondo negro.
Mi otro cassete predilecto es el motivo por el cual nació este post. Me corrijo, nació por un
post de la gran
Gerund en su fotolog (15 del febrero), que me emocionó mucho. Es lindo enterarse de que alguien escuchaba ese mismo extraño cassette, y lo bailaba y lo cantaba a la misma edad que uno.
Se trata de Viejitos Piolas Internacionales, una recoplilación de oldies para adultos nostálgicos. Pero claro, funciona a otros niveles. ¡El Rock and Roll de los 60s es irresistible para los niños! Es tan fundamentalmente divertido, enérgico, sofisticado, que es imposible no contagiarse. Lo escuchaba en el equipo del comedor, o me llevaba el grabadorcito a la pieza y cerraba la puerta. Y cantaba bailaba cantaba bailaba bailaba y cantaba. Y saltaba en la cama, y punteaba virtuoso los solos en una guitarra imaginaria. Por ejemplo el de
Nobody but me, uno de mis temas favoritos (de todos modos me fascinaban todos las canciones, excepto una balada crooner que no me acuerdo como se llama; siempre la adelantaba porque era aburrida). Estaban presentes los Beach Boys con
I get around y
Dance dance dance,
Sha la la de Manfred Mann, un temazo!
Be bop a lulla interpretada por Elvis, genial!
Bus Stop y
Long Cool Woman In a Black dress por los Hollies,
no milk today de Herman's hermits,
house of the rising sun, version de The animals, increible. También estaba el tema
16 tons, memorable porque con mi hermano solíamos reproducir una y otra vez el final porque nos causaba gracia.
Este tipo de cosas fueron la génesis de mis gustos musicales. Qué mas se puede decir. Este papelito demuestra que la música siempre me hizo feliz.
Gracias Gerundita por hacerme recordar!
Ahora sí, escritora invitada, Gerund:Mi papelito es al revés. Mi volví joven (por no decir grande, por no decir vieja), y, más que nada de la mano de los Ramones y los Avengers, me empecé a interesar por los sesentas en general y su música en particular. Claro que hay cosas que uno siempre escucha, Beatles y Beach Boys, tan marcados a fuego en el inconsciente colectivo. Y alguna cosita más que heredé gracias a los discos de mis viejos (por ejemplo, los Kinks. Los tenía de nombre y de
You really got me, pero fue ese disco que trajo mi viejo de su paso por Londres en el '68 el que los metió en mi vida).
Freaky como soy, no me iba a quedar con lo fácil y rápido, sobre todo cuando la música era tan bonita. Pasaron las bandas más comerciales, como Dave Clark Five o los Hollies, después las excelentes y más conocidas, como los Who o los Animals. Y cada tanto me topaba con algún tema de ese disquito, como
No Milk Today de los Herman's Hermits o
The House of The Rising Sun, y pensaba "guauuuuuuu, mirá como todo empezó donde debía terminar". Pero esos eran fáciles. Eran super hits de super bandas. No así mi tema más favorito de todos,
Nobody But Me.
Nobody But Me es de los Human Beingz, una banda de garage ultra pequeña. De no haber sido por el gran y hermosísimo compilado de garage Nuggets, posiblemente jamás me hubiera reencontrado con ella (el cassette sigue conmigo, pero su tapita se perdió en mi infancia); compilado al que llegue, como a la mayor parte de las cosas en mi vida, por una extraña mezcla de suerte, investigación y casualidad.
Primero fue el título. Tema tres del disco dos,
Nobody But Me. Será? Yo lo conocía por su traducción (que no me acuerdo como era... creo que "Nadie como yo" o "Nadie salvo yo"... la única traducción qu eme acuerdo bien es la de
I Get Around, que es "Yo salgo", y siempre me pareció super graciosa), pero me sonaba que eso era lo que decía la letra. Cuando la escuché, no lo pude creer. Fue volver al ochenta y nueve, a los viejos walkmans berretones de auriculares inmensos, a los viajes largos hasta la casa de mi viejo, a pensar si mis zapatitos azules serían o no de gamuza azul, a dibujar para los flyers de la banda punk de mi hermano...
En ese cassette están muchas de las bandas que escucho a diario. Por lo que, más que pensar en una especie de señal de lo que iba a ser, voy a robarle a D. su hermosa expresión y voy a sostener que, seguramente, ese cassette me gustaba tanto porque era
un recuerdo del futuro.
Gracias, D.! Por la invitación y por el papelito. :)