viernes, marzo 23, 2007

Lennon

Los Beatles estaban, por supuesto. No recuerdo bien, pero me parece que era mi época Sgt. Pepper's. Estábamos acampando en el Ruca-Lauquen otra vez, pero esta veZ yo estaba, bueno, Getting Better.
Ya era domingo al mediodía; domingo de mucho sol. Almorzamos en una mesa armada en el pasto, al lado del auto de Polo, un amigo del profesor que nos daba Medio Ambiente. Me impresionó mucho que el auto, un escort rojo descapotable, tuviera una bandeja para 5 cds en el baúl.
Sonaron varias cosas, no recuerdo cuáles. Después llegó un grandes éxitos de Lennon. Y fue un sin parar de "¡que bueno este tema!", "¡uu que temazo!", y cosas similares de parte de Pablo, Marcelo y yo. Eran canciones instaladas en el imaginario, tal vez de las largas escuchas radiales durante los '80. No las recordaba, pero las reconocía.
Eventualmente Pablo me copió el Lennon Collection. Justo antes de nuestro viaje a la Patagonia al finalizar 5to año. Ese cassete me acompaño mucho y muy bien. Es muy especial para mí, y además me trae muchos recuerdos.
En el reverso del papel donde Pablo anotó la lista de temas, C. me dejó su teléfono para que la llame al volver del viaje.
Todo estaba mucho mejor.

martes, marzo 20, 2007

Ruca-Lauquen

Cam-pa-men-to. Ca-cam-pa-men-tooo! En el camping Ruca-Lauquen, en la hermosa laguna La Brava. Era el segundo campamento corto del taller de Medio Ambiente en 4to año. Si no me equivoco andábamos cerca de fin de año. Siempre me gustó ir a ese lugar. No voy a decir que es mágico, pero fui bastante feliz estando allí. O algo así.
Resulta que yo estaba muerto por Evangelina (no E.; Evangelina) desde 2do año; desde que me dejó de gustar aquella que fortuitamente inspiró el nombre Cairolib!. Es que en Eva, mi amiga, encontré la antítesis de lo que representaba la otra. Era sensible, reflexiva, inocente pero no ingenua. Por primera vez me gustaba una chica que no me parecía linda. Claro que eventualmente sí me gustó físicamente, tal vez por inducción. Y asimismo, eventualmente se transformó en una obsesión.
Yo me sentía como un doble agente que ya no engaña a nadie. Eramos amigos, pero los dos sabíamos cuáles eran mis sentimientos. Ella no sabía manejar la situación, por lo que no decía nada. Yo callaba y sufría. No era tonto, me daba cuenta que no me correspondía, pero aún así buscaba pasar tiempo junto a ella. Ese tiempo era lindo pero terrible a la vez. Yo intentaba dar lo mejor, ser lo más interesante y sensible que podía. Pero a Eva le gustaba un punk rocker. Ella, que escuchaba música clásica.
Es así como, después de dos (o tal vez cuatro) años de angustia y resentimiento me había convertido en alguien ácido y no tan agradable. Mis amigos me querían, pero hasta ellos se cansaban a veces. Recuerdo que me enojé con Marcelo. Estábamos los tres en el muelle, mirando las estrellas, y hablábamos de lo que queríamos para nuestras vidas. Ellos se entendían bien, y tenían esa tensión en su relación... yo hablaba y a mí no me comprendían. Me sentí mal, muy mal.
La aparté y hablamos. Fue corto. Ya no me acuerdo qué le dije, pero debía ser verdad, porque la conmovió. Pero todo lo que dije fue desde la derrota. Con el resultado puesto.
¿Conocen esa sensación de que tu mundo se ha derrumbado? Es muy literal... cuando pasa algo que lo cambia todo. Bueno, fue algo como eso.
Pasé esa noche, de algún modo.
Y al otro día era domingo. Y no me dí cuenta entonces, pero había empezado a mejorar.

jueves, marzo 08, 2007

De la mano

Bajábamos la loma de Colón en dirección al mar. Era la primera vez que nos veíamos después de la fallida salida al cine; afortunadamente ella había notado mi enojo, y decidió llamarme para vernos.
A una cuadra del mar paramos abruptamente en la esquina: un auto cruzó Colón a excesiva velocidad. Al plantarnos, sentí la mano de P. que intentaba tomarse de la mía. Me pareció un poco extraña su actitud, siendo que nos habíamos visto sólo un par de veces, pero me gustó. Tomé su mano, le sonreí y cruzamos la calle.
Eventualmente, cuando el tiempo hizo prevalecer la confianza, P. me confesó que atinó a aferrarse de mi mano porque se patinó con un sorete de perro.

Nice.

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lunes, marzo 05, 2007

Yo si lo entiendo

Era un primer piso, y yo busqué tanto tanto tanto tanto. De acá para allá. Silencio. Pregunta. De allá para acá, y estuvo bien. Bien, muy bien. Pero no fue igual. Gracias a dios no fue igual. Y supe, al fin.

jueves, marzo 01, 2007

Recuerdo del Futuro -otro-

Entré a la estación de servicio con mis amigos. Quedaba a una cuadra del colegio, lo que la convertía en uno de nuestros usuales lugares de dispersión en horas muertas dentro del cronograma estudiantil. No sé si era 1999 o 2000.
Miré para afuera, y en la veredita estaba setada esa parejita que se andaba besuqueando por ahí. Eran más chicos, ella debía estar en 1ro o 2do, y él debía tener un año más que ella.
El era alto, grandote para su edad. Vestido a lo semiskater, como se estilaba en aquel entonces. Ella era bonita, pero no me despertaba nada en particular (había otras de su edad que me gustaban mucho). Lo que sí había notado yo de esta chica eran sus extraños ojos. Uno era completamente celeste, y el otro era parte marrón y parte celeste.
Allí estaban sentados. Simplemente los miré por unos segundos. Y durante esos segundos sentí verdaderos celos. Tan inexplicablemente como llegaron esos celos, se fueron; sin dejar rastros, sin causarme verdadera extrañeza. Simplemente sucedió, y luego pasó.
Lo curioso es que muchos, muchos meses después, esa chica desconocida se convertiría en C.
Recuerdo del futuro. Celos del futuro.